El contexto social en la formación humana.
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| Texto y Contexto. |
El ser humano es un ser social por naturaleza. Esto significa que solo se convierte en plenamente humano cuando crece dentro de una cultura, que lo forma, le transmite los conocimientos, creencias, tradiciones e idiosincrasia. Todo esto le permite a un individuo participar de lo colectivo desde su propia individualidad.
El proceso de adaptación a la cultura es constante, no termina nunca, y está sujeto a variantes que provienen de diversos ámbitos. Con la sociedad globalizada y el mundo plenamente interconectado, es posible recibir influjos de otras latitudes, de otros modos de entender el mundo, de otras tradiciones e historias. Toda esta amalgama de factores externos da forma al pensamiento y creencias de todos los individuos.
Todo lo anterior es inevitable, pero también es factible de pulimiento y perfeccionamiento. La clave esta en: la Educación. En su sentido más amplio, la Educación moldea al individuo en su totalidad y le proporciona las herramientas cognitivas de discernimiento.
Hoy
en día, estas herramientas son más necesarias que nunca. El ser humano está por
primera vez en su historia, digitalizado y expuesto a todo tipo de influencias,
tanto positivas como negativas. Hoy mas que nunca, una persona tiene el
empoderamiento suficiente para ser tendencia y líder de opinión, y esto
representa un enorme riesgo de salud colectiva. Hoy en día, es muy fácil
movilizar masas para que acepten ideas, sistemas y políticas sin que haya un
proceso de análisis riguroso. Hoy más que nunca, el individuo está a merced de
sí mismo. Parafraseando el antiguo adagio romano: homo lupus homini (el
hombre es el lobo del hombre), hoy el ser humano puede convertirse en su
propio verdugo social.
Y es bajo este contexto, que la educación se vuelve apremiante. Y no hablo de las políticas educativas de estado. Estas siempre estarán al servicio del poder en turno. Hablo de una educación a “nivel de cancha”, que inicia con la labor de un buen maestro o maestra en el aula, que asume su responsabilidad y proyecta su vocación, que enseña a sus pupilos a iniciar los caminos de la vida para convertirse en plenamente humanos, sensibles, compasivos, cooperativos, artísticos, y con una rigurosa capacidad de análisis, tanto social, cultural, lingüística y económica.

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