El Dr. Strange y las habilidades digitales para la docencia.
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El Dr. Strange y las Habilidades Digitales Docentes. |
La irrupción de la tecnología
digital en el ámbito educativo mexicano es inevitable. Lo es desde hace una
década, y se incrementó con la fuerza de un huracán a raíz de la pandemia del COVID.
Y como suele ocurrir en los desastres naturales, la pandemia sorprendió a la
mayoría de los docentes, los tomó desprevenidos, y los estudiantes pagaron las
consecuencias; graves en su mayoría.
Pero del pasado se aprende, y hoy
día tenemos muy clara la ruta que debe seguir todo docente que aspire a serlo
dentro del encuadre tecnológico actual. Lo cierto es que no hay opción.
Ser docente con habilidades
digitales es, guardando las debidas distancias, como poseer algunas de las habilidades
del famoso Dr. Strange, personaje ficticio de los comics estadounidenses que
saltó a la fama gracias a las películas producidas por la empresa Marvel. La
misma que dio fama y gloria al Capitán América, Iron Man, la Viuda Negra, Thor,
y Hulk entre otros.
El Dr. Strange es un hechicero
místico que tiene el poder de alterar el espacio / tiempo de la realidad,
acceder a otros universos, abrir portales y teletransportar personas, entre
otras monerías. Su modus operandi es el siguiente:
Ante una situación de peligro,
tanto para el como para sus aliados o gente inocente, el Doctor analiza primero
la situación con visión holística. Busca comprender lo que está ocurriendo, que
lo provoca (con todos sus matices), estudia detenidamente a su enemigo,
contextualiza el peligro, y después hace un análisis de los recursos disponibles
a su alrededor. Posteriormente, elabora un plan de contraataque y de escape.
Inicia moviendo sus brazos y
manos mientras su mente se enfoca en alinear los recursos de la naturaleza a su
favor. Finalmente, gracias a su magia, obtiene un producto final que puede ser
un arma creada exprofeso, o bien una ruta de escape, o ambas. Y procede.
Ser docente con habilidades
digitales está muy lejos del modelo tradicional que va más o menos como sigue:
una videollamada en donde se pasa lista y se exige, bajo amenaza de expulsión de
la clase, que la cámara este encendida en todo momento sin excusas.
Posteriormente, el docente procede a emular su función dentro de un salón de
clases normal: pasa lista, verifica constantemente las cámaras de los alumnos, comienza
a hablar y a explicar, algunos se atreven incluso a dictar, otros escriben
sobre un pizarrón improvisado, y algunos más (los más sofisticados) proyectan
en pantalla una presentación en Power Point, cuyas laminitas están repletas de
texto y fórmulas, y se dedican simplemente a leer los contenidos.
No es de extrañar que algunos
alumnos y alumnas hayan logrado cultivar una nueva habilidad: dormir con los
ojos abiertos. En un estado de aletargamiento, justo entre la transición de la
vigilia al sueño, los alumnos experimentan un descenso en su ritmo cardiaco, su
metabolismo se desacelera y la voz del maestro / maestra se convierte en un
doble sistema, uno para inducir sueño y el otro para mantener el vínculo con la
clase. Un efecto de invernadero temporal, muy placentero y que puede resultar
adictivo.
De los resultados de este método,
mejor ni hablamos. Las clases en línea son un verdadero martirio para los
alumnos y seguramente para muchos docentes también. ¿Qué hacer entonces?
La Pedagogía contemporánea, como
es costumbre, viene a rescatarnos proponiendo un nuevo modelo que curiosamente
se asemeja al modo de trabajar del Dr. Strange.
El Modelo Didáctico Digital.
El primer paso sigue siendo la
realización de la Planeación Didáctica. Esto no cambia en nada, el docente debe
elaborar concienzudamente su planeación, garantizando, al menos en papel, la
conexión entre las actividades a realizar, los aprendizajes esperados y el currículo
de la materia en curso.
Teniendo lista la planeación, el docente
debe volcar su energía y tiempo hacia el mundo digital, particularmente el
internet.
El internet es considerado, bajo
este modelo, como la fuente inagotable de contenidos académicos que están
listos para ser utilizados, en su mayoría gratuitamente. Como bien sabemos, la
red es por derecho propio, la biblioteca más grande de información. Hoy día,
todo el conocimiento se encuentra en la red. El tema que se busque, en el nivel
que se desee, puede ser encontrado en la red siguiendo una serie de pasos y
técnicas que el docente debe dominar.
Entonces, el primer paso para un
docente es entrenarse en el uso de las plataformas y los buscadores más
comunes: Bing, Google Chrome, Yahoo!, Opera, entre otros. De igual modo, debe
estar muy familiarizado con los buscadores y plataformas específicos en donde
se podrá encontrar publicaciones académicas especializadas en la materia que
imparte.
El docente debe dominar también
los reglamentos y códigos de ética en la red, saber navegar, dominar el uso de
los programas antivirus y firewall, y conocer la legislación sobre las
licencias tipo common creative.
Resumiendo, el docente debe
adquirir y cultivar una nueva identidad: la identidad digital. Esto implica
derechos y responsabilidades los cuales debe conocer.
El Curado de Contenidos Digitales.
Esta etapa es crucial. Aquí el
docente debe realizar las siguientes actividades:
Primeramente, elegir con mucho
detenimiento los contenidos digitales del internet que va a integrar a su planeación.
La práctica común de lanzar a los alumnos a la selva digital y pedirles que
investiguen, no aplica. El docente debe realizar la búsqueda de los contenidos,
revisarlos minuciosamente, determinar su valor e integrarlos o desecharlos.
Esta fase requiere que el docente
pase una buena cantidad de tiempo en internet, viendo videos en YouTube,
escuchando podcasts, leyendo páginas web especializadas, viendo películas e
incluso escudriñando en las redes (tiktok, Instagram, Facebook) en búsqueda de
elementos que puedan servir a los alumnos para asimilar los contenidos y alcanzar
los aprendizajes esperados.
Esta es una labor titánica, no es
sencilla, pero con el tiempo se adquiere experiencia y el docente puede ir
creando su propia base de datos con direcciones URL cuyos contenidos están ya “autorizados”
por el/ella.
En esta misma etapa, el docente
tiene la opción de crear sus propios contenidos. Como recurso complementario,
el docente puede y debe aprender a ser creador de contenidos digitales. Para
esto, tiene a su disposición una vasta cantidad de herramientas y aplicaciones
digitales, con las cuales podrá desarrollar contenido multimedia (videos con imágenes,
voz y sonidos), podcasts, presentaciones, publicaciones, historias,
infografías, juegos y trivias, y las aplicaciones tradicionales para redes.
Para aprender a usar estas aplicaciones, el docente puede hacer uso de los
tutoriales gratuitos que están alojados en plataformas, principalmente en
YouTube.
Una vez que ha definido
adecuadamente los contenidos digitales a compartir con los alumnos, el
siguiente paso de este proceso de curado consiste en presentarlos de forma lógica
y secuencial, de forma gradual, significativa y constructiva, teniendo siempre en
mente que lo más importante es que los alumnos logren los aprendizajes
esperados. Este es un proceso muy importante; para decirlo en modo matemático:
el orden de los factores SI afecta el resultado final. El docente podrá hacer
uso de aplicaciones digitales que le permitirán realizar este ordenamiento
secuencial de una manera rápida e incluso amena.
Evaluación Formativa – Productos parciales y finales.
Después de completar el curado de
contenidos, el docente debe presentar los contenidos a sus alumnos. Estos, en
primera instancia sentirán curiosidad por verlos ya que están realizados en formatos
que para ellos son completamente familiares: formatos digitales.
El docente deberá informar a los
alumnos como serán evaluados sus aprendizajes, y para esto deberá establecer
los productos parciales y finales (trabajos) que los alumnos deberán realizar y
presentar para la acreditación de la materia.
Estos productos deben ser
digitales, y para ello el docente puede elegir entre: publicaciones e historias
en redes sociales, videos educativos o promocionales, podcasts, presentaciones,
infografías, resúmenes, ensayos, o bien una combinación de dos o más de los
anteriores.
Los alumnos deberán apoyarse en
sus conocimientos digitales previos, en lo aprendido en sus clases de
tecnología digital y en última instancia, en los tutoriales que se encuentren
en la red. Todo esto para elegir las aplicaciones digitales en las que se desarrollarán
los productos (trabajos) que el docente haya requerido.
En esto punto es importante
mencionar que existen una gran variedad de aplicaciones para realizar los
proyectos arriba mencionados. Microsoft, Google, YouTube y muchas otras empresas
tecnológicas, ofrecen versiones gratuitas de sus aplicaciones, con lo cual solo
se requiere acceso a internet para poder iniciar la creación de los contenidos.
Finalmente, el docente deberá
coordinar con sus alumnos la publicación de sus productos digitales y hacerlos
del conocimiento de la comunidad estudiantil, de sus familiares y de la
comunidad. Poniendo de relieve la posibilidad de que algunos de los trabajos
lleguen a tener una viralización a nivel nacional o, ¿por qué no?,
internacional.
Nota: Si el lector desea obtener
más información sobre las aplicaciones disponibles para la creación de
contenido digital educativo, puede dejar un mensaje en este apartado, indicando
su nombre y un correo electrónico. O bien puede hacerlo desde la página
principal del blog, en donde dispone de una sección específicamente para esto.
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