Crónica de un archivo perdido | Una historia gerencial.

Oops!


Estoy dando el último toque al archivo con la proyección de ventas de los próximos tres meses. Cada día se hace más complicado. Los clientes envían sus requerimientos y en base a ellos planeamos el suministro de materias primas, la contratación de personal, los niveles de inventarios, los recursos de energía, agua y otros gastos directos e indirectos.

Y al final, los clientes cancelan la mitad de sus ordenes y no hay forma de hacer que honren sus compromisos. ¿Los de ventas? Ni sus luces. ¿Los program managers? Tienen otras prioridades, ¿cuáles? Solo Dios sabe.

Es una situación compleja, inusual, pero estamos dando la pelea.

Estoy tan concentrado que en un principio no me percato de la llamada entrante en mi computadora. Después de un par de minutos, minimizo la página de Excel y puedo ver el origen de la llamada: es el Rolas, Gerente de Producción. Me está llamando por MS Teams.

—¿Qué onda Rolas? ¿Qué pasa?

—Oscarín, necesito de tu ayuda. ¿Estás ocupado?

—Yo siempre estoy ocupado, pero para ti siempre tengo tiempo. ¿Qué pex?

—Dale una revisada al Daily. Algo anda mal con ese archivo.

—¿Qué pasó?

—Se borraron unas fórmulas y no me deja poner mi información.

En un principio pensé que se trataba de algo grave. Respiré más tranquilo.

—No te preocupes Rolas. Si borraste algunas formulas, las volvemos a poner y listo. No pasa nada.

—¡No! Yo no borré nada. Te digo que algo pasó con el archivo y se borraron, dale una revisada lo más pronto que puedas.

Veinte minutos después, soy yo el que está aterrado por lo que estoy viendo.

¡No hay archivo!

¡El legendario Daily Production Report está totalmente vacío!

En ese archivo se registran todos los KPIs de la planta. Se actualiza diariamente. Contiene información de un par de años atrás. Me pongo nuevamente en contacto por Teams.

—A ver Rolas, ¿Qué demonios le hiciste al Daily?

—¿Qué? Yo no le hice nada cabrón. Te estoy diciendo que se borraron unas fórmulas y no me dejó capturar mi información.

—No se borraron unas fórmulas. ¡Se perdió TODO! ¡Borraste TODO!

—¡Que yo no borre nada entiende! Alguien más le metió mano. Te digo que está bien raro ese pedo güey.

Mi respiración está agitada. Como si no tuviera suficientes problemas.

—Y ahora, ¿Quién le va a decir al Ingeniero?

—Ah no, pues yo no se.

Es viernes y son ya las seis de la tarde, el Ingeniero Fernando, Gerente de la Planta, no tarda en venir a la oficina.

Putísima madre. Se va a encabronar. Ya ni va a querer ir al Daddys.

—Ta bueno Rolas, yo le digo.

Pocas veces he visto al Ingeniero tan enojado.

Gracias a Dios que, a diferencia del resto de nosotros, el no es Rhesus Homo. Su tipo sanguíneo pertenece a un linaje distinto, uno que llegó de las Pléyades hace varios milenios. A pesar de su enojo, mantuvo la compostura y pensó de inmediato en opciones para resolverlo.

Soy experto en Excel y se que a menos que haya un respaldo, no habrá forma de recuperar la información. Alguien entró, borró todas las tablas, y después lo volvió a grabar. Cuando eso ocurre, la información anterior se pierde.

Vaya problema en que nos metió Lord Excel.

Un par de días después y gracias a la política de respaldar semanalmente el disco duro del servidor, se pudo restaurar el archivo Daily. Solo tuvimos que capturar la última semana. No big deal.

 

Han pasado ya tres meses y estoy cenando en la Cancillería con el resto de los gerentes y el ingeniero Fernando. Es fin de año y la empresa nos agasaja con una deliciosa cena como agradecimiento por el esfuerzo.

El Rolas se acerca y me hace un planteamiento, palabras más palabras menos:

—Oscarín, neta cabrón, yo no borré ese archivo; todavía estoy intrigado.

Di un largo trago a mi Bohemia y respondí:

—Rolas, ya no pienses en eso. Ya es cuestión olvidada, ya fue. Disfruta el momento.

—He estado pensando en algo.

El mesero se acerca y pregunta si queremos ordenar otra cosa. Le pido un café y el menú de postres.

—¿Qué es lo que has estado pensando?

—Piensa en esto. Mejor aún, hazte la siguiente pregunta: ¿Quién se pasa la mayor parte del tiempo editando el Daily? ¿Tu? ¿Yo? ¿Vany? ¿Fer? ¿Poncho?

—No entiendo, ¿A dónde quieres llegar?

—Oscarín, nosotros solo accedemos al archivo para vaciar datos, no nos toma ni cinco minutos, y luego lo cerramos. Eso es todo. Ahora pregúntate: ¿Quién se la pasa agregándole formatos y fórmulas y todas esas ondas? ¿Quién se la pasa verificando que esté bien llenado y completo? Es más ¿De quién es el archivo?

Un flash de luz interna inunda mi mente por un instante. Quizás es por el efecto de la Bohemia, quizás solo estoy aturdido por las bellas damas que están sentadas a la mesa de enfrente… o quizá el Rolas ha dado en el clavo.

Levanto la vista y lo miro fijamente por unos instantes.

—Buen punto Rolas, no lo había pensado así. Touché my friend!

En derecho existe un recurso denominado Duda Razonable. Ocurre cuando un abogado logra demostrar que las evidencias tienen deficiencias y hay motivos para dudar de ellas. Esto no implica una liberación de culpas, pero si da pie a más investigaciones para dar con las causas verdaderas.

El Rolas había sembrado una duda razonable.

El caso continúa abierto…

 


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