Operación Arcoiris I - La Declaración.
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La Declaración. |
—¡No voy a ceder en ese punto! De
ninguna manera. No es negociable. El artículo seis se queda y es mi última palabra —exclamó
iracundo Luigi Principezza.
—Ok —replicó su compañere Mirle
Malcora mientras se encogía de hombros.
Entonces, el texto completo con
las correcciones incluidas quedaría de la siguiente manera:
Declaración unificade de comunidades autónomas por la
libertad de ser.
Ante los violentos acontecimientos
suscitados recientemente en nuestro país, hemos tomado la decisión de
posicionarnos mediante una airada protesta, la cual incluye una serie de
peticiones que serán enviadas al congreso de la nación. Esto con la intención
de minimizar y eventualmente eliminar en su totalidad, la ola de violencia
transfóbica que se ha venido generando por el futbolista argentino Lionel Messi
Cuccitino. Dejando en claro que no se le permitirá pisar suelo californiano en
ninguna de sus presentaciones laborales, hasta haber firmado su total
consentimiento al pliego que a continuación se presenta.
Artículo 1. El demandado
se compromete a no realizar apariciones públicas con su familia en ningún tipo
de lugar o evento. Esto incluye esposa e hijos. Al hacerlo realiza un violento
ataque a la comunidad trans debido a que envía una señal errónea de lo que
significa la familia en nuestro país. Millones de personas de nuestra comunidad
sufren violencia transfóbica cada vez que el suscrito aparece con su familia en
público.
Artículo 2. El demandado
se compromete a estampar la bandera LGBTQ+ en los siguientes lugares: la
fachada frontal de su casa o departamento, las placas frontales de todos sus vehículos,
y en un lugar visible del uniforme del equipo en el que actualmente juega.
Artículo 3. El demandado
se compromete a tomar una serie de cursos de sensibilización para entender los
postulados y la lucha de la comunidad LGBTQ+. Los cursos serán elegidos por una
comisión integrada por nuestro presidente y vocales distinguidos.
Artículo 4. El demandado se
compromete a aplicar la cuota arcoíris en todos sus negocios dentro de los
estados unidos y con el personal que está a su servicio.
Artículo 5. El demandado
se compromete a reconocer públicamente la igualdad total entre mujeres cis y
mujeres trans.
Artículo 6. El demandado
se compromete a realizar una declaración en cadena nacional y mundial con la siguiente
leyenda: “de no haber conocido a Antonella, seguramente me hubiera enamorado
y casado con una mujer trans”.
El cumplimiento a este pliego no
es negociable. Se espera una respuesta del suscrito en un lapso no mayor a doce
horas a partir de la publicación en nuestro portal.
Atentamente.
Por un munde de igualdad y de
justicie.
Todos los que estaban en la sala
se pusieron de pie y estallaron en aplausos y alaridos de júbilo. Muchos de
ellos lloraban desconsoladamente. Años de sufrimiento, persecución y humillaciones,
se veían eliminados con este pliego petitorio cuyo cumplimiento abriría las
puertas de la igualdad a niveles superiores.
—¡Sublime!—exclamó Maki Petardo,
presidente del movimiento en california— ahora tenemos que hacerlo llegar al
congreso.
—Déjamelo a mí—respondió Luigi
Principezza.
—Solo me preocupa una cosa—dijo
Mirle Malcora.
—¿Y ahora qué?—respondió de nuevo
Luigi en un tono altanero.
—Pues que el tal señor ese, Messi,
se enoje y decida irse del país. ¿Se imaginan el ridículo?
—¡Que se va a ir! Ese viene por dinero
y aquí hay mucho.
—Si en verdad es tan buena
persona como dicen —intervino Maki— lo firmará con gusto. Esto es un acto de justicia,
solo eso.
—Y si se llegara a ir, que no
creo, a donde vaya nos va a encontrar. Esto ya no lo detiene nadie —insistió Luigi.
—Ay pues no se. Ya ves el otro,
¡a donde fue a parar! —replicó Mirle.
—¡Ya me tienes hasta la madre! ¿Cuál
otro? ¿A dónde se fue? —exclamó Luigi enojado.
—Pues el cristiano ese. Ronaldo o
como se llame.
—¿A dónde se fue ese?
—¿Ah no saben? Pues se fue a
jugar a la liga árabe. Nada más.
Hubo un silencio en todo el recinto.
El miedo y el coraje se apoderaron de todos los ahí presentes. No perdieron
tiempo, se agarraron de las manos, cerraron los ojos, inclinaron la cabeza y al
unísono, declamaron un bello mantra de protección y sanidad:
Cruz, cruz. ¡Que se vaya el diablo y venga Jesús!
Continuará...
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