El Aeropuerto

 

Aeropuerto surrealista.

Zaragoza, España. Marzo del 2011.

 

Llevo quince minutos manejando sobre la autopista E-90 que sale de Zaragoza y lleva hasta la capital del país, Madrid.

El tránsito es el habitual de las ocho de la mañana, hora en la que muchas personas nos dirigimos a nuestro centro de trabajo. A mi me esperan veinte minutos más de viaje, antes de tomar la desviación que me lleva hasta el parque (polígono) industrial donde se ubica mi empresa.

He realizado este recorrido durante un mes, cinco días a la semana, y conozco la orografía casi de memoria. He decidido poner la radio y sintonizar una de las estaciones que más disfruto a esa hora, la de las noticias nacionales.

El debate estaba acalorado y tenía ya rato de haber iniciado:

—Que no hombre, que no. Que te lo estoy diciendo yo. Ese aeropuerto es un despilfarro monumental.

—¿Y tu como sabes? Si apenas se ha inaugurado hace dos días.

—El concejal y todos los de su administración son unos gilipollas de mierda que no les importa nada más que sus intereses personales. ¡Que si lo sé yo!

—Pues a mí, tu y vuestras opiniones ¡me la sudan!

Tuvo que intervenir, para mi desilusión, la moderadora del programa: Almudena Girasol de la Parra. Mujer bellísima, de un porte gitano impresionante. Lo sabía porque ya la había buscado en internet.

Una de las cosas que tanto disfruto en España son las discusiones interminables entre ellos o ellas.

Almudena mandó a comerciales y cuando regresó, decidió dar un resumen de lo que se estaba discutiendo esa mañana en la mesa de análisis.

Castellón de la Plana es una pequeña población ubicada al norte de la comunidad autónoma de Valencia. Bañada por las aguas del mediterráneo, pasa desapercibida de la atención nacional. Ahí no pasa nada nunca.

Hasta el día que inauguraron su propio aeropuerto.

En efecto, hace apenas tres días, las autoridades Valencianas anunciaron con bombos y platillos la inauguración de su nuevo aeropuerto internacional, en Castellón. El evento fue muy mediático por el tamaño del aeropuerto y la cantidad de la inversión. Se hablaba de alrededor de doscientos millones de euros, unos cuatro mil millones de pesos mexicanos.

Casi al mismo tiempo que se anunciaba el evento, comenzaron los ataques de los medios y de personajes de la política nacional. Los cuestionamientos más severos eran los siguientes:

• No hay ningún vuelo programado para Castellón. Ni de entrada ni de salida.
• Las aerolíneas nacionales no tienen planes de incluir el nuevo aeropuerto en sus rutas.
• Las aerolíneas internacionales ni siquiera saben dónde está Castellón.
• Ya existen dos aeropuertos en la zona y operan a un cincuenta por ciento de su capacidad.
• El ayuntamiento de Valencia recurrió al endeudamiento para financiar el proyecto.
• No hay un plan de recuperación de la inversión a diez ni a veinte años.

Los señalamientos son graves y a la fecha no han sido refutados. Los funcionarios de la comunidad autónoma y de la municipalidad se han negado a dar declaraciones. A pregunta expresa de los reporteros, solo se encogen de hombros y siguen su camino sin detenerse.

Esta misma mañana, por ahí de las siete quince, finalmente salió uno de los funcionarios principales a dar la cara, a dar una explicación. El problema fue, que no dio ninguna. Solo se limitó a decir que era falso todo, que si hay vuelos internacionales para Castellón y que no se recurrió al endeudamiento.

Ante esto, un par de reporteros respondieron con datos duros: uno mostro la declaración hecha por el presidente de la asociación de aerolíneas europeas con sede en Madrid, confirmando que ellos ni siquiera tenían conocimiento del nuevo aeropuerto.

El otro mostró un reporte del consorcio financiero Kimbut, donde se demuestra el monto del préstamo realizado al ayuntamiento, por un total de ciento ochenta y cinco millones de euros.

El funcionario solo respondió que esos eran informes falsos, tan falsos como la existencia de vida en el planeta marte.

Cansado ya de tantas preguntas, y ante la insistencia de los reporteros, el funcionario hizo una declaración:

Es verdad que por ahora el aeropuerto no tiene vuelos programados, ni de entrada ni de salida. Esto no significa que permanecerá cerrado o en desuso. De ninguna manera. Os doy la primicia de que por lo pronto, y hasta nuevo aviso, el aeropuerto será utilizado para ofrecer servicios de banquetes, bodas, fiestas y eventos empresariales o educativos. Y cuando no haya eventos, se abrirán las puertas al público en general para que lo visiten y se den una idea de como es y como funciona. Recordad que mucha gente jamás ha visitado un aeropuerto.

Todo lo anterior será temporal, mientras gestionamos los vuelos nacionales con las aerolíneas.

 

Nota final:

Querido lector/a,

La historia es totalmente verídica. Cuando terminé de escucharla, tuve que desacelerar el coche para poder reír a carcajadas por varios minutos. Hasta el día de hoy, el aeropuerto existe y es un elefante blanco.

Cualquier parecido con nuestra realidad nacional, es pura y simple coincidencia.

La estupidez, la corrupción, y la desvergüenza humana, no tienen límite ni nacionalidad.