¿Cuánto es dos más dos? ¿Todavía crees que es cuatro? - Introducción

¿Cuánto quiere usted que sea?




Cuando inicié la carrera de Contador Público Auditor allá por el año 1987, era muy común escuchar esta pregunta en plan de broma:  ¿es usted contador? Entonces dígame ¿Cuánto es dos más dos?

La respuesta correcta, si te preciabas de ser buen estudiante, era: ¿cuánto quiere usted que sea?

El chiste se cuenta solo, pero solo lo entiende quien estudio contabilidad en esa época. Todos los registros contables y hojas de trabajo se realizaban a mano. El margen para cometer errores en las sumas era muy amplio.

Los contadores experimentados, y los no tanto, solían resolver estos errores haciendo ligeros ajustes en las tablas. Le quito aquí y allá, y le agrego acá y acullá. Listo, todo cuadra nuevamente. La suma de los cargos es igual a la suma de los abonos, problema resuelto. Ese era el origen del chiste.

Un contador era capaz de hacer que dos más dos fueran cinco.

Este ensayo no trata sobre nada relacionado con el mundo contable.

Es más bien la exploración de una realidad muy actual y compleja. Una realidad que a título personal nunca pensé que fuera a ocurrir y mucho menos a apoderarse de una porción del mundo. Una realidad que paradójicamente rechaza todo lo que tiene que ver con realidad, con la realidad objetiva.

Si yo le pregunto al lector, ¿de qué color es el cielo al mediodía?, la gran mayoría responderá: azul, azul celeste o azul pálido. Habrá algunos que con un poco de perspicacia quizá me respondan con otra pregunta: eso depende, ¿hablamos de un día soleado, nublado o con tormenta?

Ambas formas de responder son correctas, emergen del impulso natural, humano y lógico de describir lo que observamos y oímos.

Por increíble que parezca, esta forma de interpretar el mundo está cayendo en desuso de manera acelerada y alarmante.

Negar la realidad, la realidad objetiva que se nos presenta ante los sentidos, ha dejado de ser un simple impulso para convertirse en ideología, y en algunos casos, en ideología legislada y aprobada por los congresos de algunos países del primer mundo.

A esta nueva era de negación de la realidad objetiva se le llama POSVERDAD. Estamos en una etapa de la historia humana en la que la verdad ha dejado de tener importancia. Este fenómeno no es nuevo, lo hemos visto deambular por las mentes y los libros desde la remota Grecia clásica.

Con la llegada de los primeros filósofos sofistas de la magna Grecia (actual isla de Sicilia), el pensamiento relativista se instaló en las escuelas de Atenas y ciudades circunvecinas. Sin embargo, el relativismo sofista era sólido en su base lógica. Representaba aspectos de la realidad que efectivamente eran y son cambiantes según el tiempo y el espacio, o cultura.

Con el adagio no hay verdades absolutas, todo es relativo, los sofistas nos legaron un modo de pensar que estimularía el desarrollo del pensamiento crítico, y la apertura de la mente ante realidades ajenas a las nuestras.

La situación actual, por otro lado, ha llevado este pensamiento al extremo de negar el derecho a la verdad, cualquiera que esta sea, y a rechazar todo intento por realizar un análisis objetivo de todo cuanto nos rodea.

La premisa principal puede enunciarse de la siguiente manera:

La verdad objetiva obtenida por la observación de un fenómeno, cualquiera que sea, es totalmente irrelevante. Lo único que importa es la interpretación que se hace sobre el fenómeno, sin importar si esta se apega a la realidad o no.

Fenómeno es todo aquello que es objeto de estudio: el cosmos, la naturaleza, una pandemia, datos de un reporte financiero, gráficas de información, argumentos, razonamientos, emociones,  discursos, afirmaciones, experimentos, etc. La lista es tan vasta como la realidad misma.

Si tomáramos la pregunta inicial ¿de qué color es el cielo al mediodía?, una respuesta del tipo posverdad podría ser: es color verde amarillo. Y quien lo afirma se justifica diciendo que así es como lo percibe y listo, no hay lugar a la réplica.

De hecho, refutar las afirmaciones falsas de la posverdad con argumentos lógicos puede ser ilegal en algunos países y llevar a la cárcel a quien lo realiza. México no ha llegado a ese extremo pero no está exento de riesgo.

De ese tamaño es el problema. De ese tamaño es el retroceso.

Para ampliar esta idea, exploraré dos temas de mucha relevancia en nuestro mundo actual: la negación tácita y sistemática de los datos duros, y el rechazo a toda la realidad biológica que conforma la existencia de la vida humana.

 

Continuará.


 

Comentarios

  1. La cultura, las costumbres ,la educación y algunos criterios del pasado. De alguna forma censuran algunos actos que pueden tomarse como Tabúes, y que hasta hace muy poco se han ido aceptando. Sin embargo a titulo personal creo que una verdad biológica no debería ser ignorada por la percepción errónea de un sujeto.

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