La Administración Contemporánea.
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Administación Contemporánea |
INTRODUCCIÓN.
¿Existe alguna lista de
estrategias que garanticen el éxito y crecimiento sostenido de los
negocios a largo plazo?
Algunas empresas apuestan por la innovación tecnológica, lanzan al mercado productos revolucionarios y generan nichos de mercado que explotan mientras dura el efecto. O mejor dicho, mientras la competencia prepara una versión similar pero a un costo muy por debajo del original. En la actualidad existe la tecnología para copiar cualquier nuevo invento tecnológico.
Ante esta disyuntiva,
¿deben las empresas dejar de inventar? Por supuesto que no. La prueba está en
los gigantes tecnológicos como Apple, Google, Microsoft, entre otros, que
continúan creciendo año con año, a pesar de las adversidades del mercado.
Pero ¿qué hay de las
empresas que no producen tecnología y que aun así son importantes para la
economía global? Todas sin excepción deben continuar su crecimiento.
La administración
contemporánea ha desarrollado un cuerpo de conocimientos, estrategias y
técnicas a lo largo de más de cien años. Desde las primeras industrias en
Europa, pasando por el boom empresarial en Estados Unidos durante el siglo XIX.
Muchas cosas han cambiado desde entonces, el mundo ha cambiado radicalmente, los
negocios se realizan de manera diferente y la gente y sus preferencias han
cambiado también.
Dos palabras distinguen
al mundo empresarial de hoy con el de hace cincuenta años: Velocidad y Cambio.
Los tiempos de las
grandes corporaciones monolíticas, estáticas, sin cambios en sus procesos
durante años, son historia. La velocidad con la que actualmente se dan dichos
cambios resultaría inverosímil para un empresario o administrador de hace
cincuenta años. Hoy en día es el estándar.
La administración
contemporánea, vista como una ciencia, tiene mucho que ofrecer a los administradores modernos. Apoyada en conocimientos y técnicas de otras áreas del saber, ofrece
una serie de recursos que, usados con creatividad y decisión, sirven como
fuente de información y formación.
Algunos de estos recursos
tienen su origen en los inicios de la era industrial, otros son producto de la
evolución y retroalimentación entre empresas y escuelas de negocios.
TEORÍAS DE ADMINISTRACIÓN.
La teoría científica de Frederick Taylor.
La aportación más
importante de Taylor fue sin lugar a dudas el haberle enseñado al mundo que las
organizaciones, de cualquier tipo, pueden y deben ser estudiadas y
administradas con los principios del método científico.
La observación y la
medición son las herramientas clásicas que han permitido a la humanidad
evolucionar de manera constante y segura. Segura porque el método científico
dispone de sus propias herramientas para prevenir la construcción de conocimientos
erróneos. Hacer ciencia no tiene nada que ver con crear nuevas verdades. Tiene
que ver con la postulación de hipótesis que una vez demostradas, se convierten
en teorías.
Teorías que explican un
fenómeno de la mejor manera posible, y que sirven como base para la
construcción de nuevos conocimientos. La ciencia espera siempre que las teorías
sean superadas con el tiempo, por lo tanto no hay conocimiento estático, al
menos en el ámbito del mundo científico.
Esta forma de pensar fue
llevada a la arena de las empresas y las plantas de manufactura en tiempos de
Taylor, y los cambios fueron revolucionarios.
Administrar es un proceso
complejo que involucra un cuerpo de conocimientos, pensamiento creativo y
hábitos de innovación constante. Es un proceso de mejora continua que no
termina nunca.
Fue gracias a Taylor y
sus teorías que las empresas comenzaron a medir los procesos, y como dice el
viejo eslogan, una vez que comienzas a medir un proceso, este comienza a
mejorar.
Conceptos como eficacia y
eficiencia fueron puestos en marcha y cimentaron un sistema operativo que se
utiliza hasta el día de hoy. Los sistemas contables tradicionales siguen
midiendo la productividad de esta manera.
Con la aplicación de las
teorías de Taylor, las empresas implementaron un sistema que les permitía
planear, preparar, ejecutar, controlar y medir todos los procesos de la
empresa. La división y especialización del trabajo fue una de las consecuencias
de esto. Los mismos datos obtenidos en la medición indicaban las acciones a
seguir.
La teoría científica de
Henry Fayol.
A Fayol le debemos la
sistematización e implementación de una serie de conocimientos adquiridos de la
experiencia y de la reflexión analítica sobre los procesos administrativos.
Este autor proponía que
la administración se integraba de cinco funciones primarias: planear,
organizar, dirigir, coordinar y controlar.
Planear para Fayol era
visualizar el futuro. Esto se traduce como un plan de trayectoria que indique
hacia donde debe ir la empresa y por dónde.
Organizar la entendía
Fayol como la etapa en la que se debe crear toda la infraestructura de la
empresa. No solo edificios, equipos, personal, sino la manera como debería
interactuar con el entorno.
Dirigir representa una de
las funciones medulares de cualquier administrador. Consiste en proveer el
camino a seguir por los colaboradores.
Coordinar surge como una
función natural después de las anteriores. Alinear todos los recursos de la
empresa hacia una meta requería que estos estuvieran unidos, entrelazados,
trabajando juntos hacia el mismo fin. Esto es coordinar.
Y finalmente el control.
Controlar es la ultima función pero no la menos importante. Todas lo son, todas
las funciones operan al mismo tiempo. Controlar no es otra cosa que asegurarse
de que los planes se lleven a cabo, de manera eficaz y eficiente. Tal como se
planearon, dentro de los presupuestos acordados.
Henry Fayol legó a la
Administración lo que conocemos como los 14 principios de la administración:
- División del trabajo.
- Autoridad y responsabilidad.
- Disciplina.
- Unidad de mando.
- Unidad de dirección.
- Subordinación de los intereses individuales a los generales.
- Remuneración del personal.
- Centralización.
- Cadena escalar.
- Orden.
- Equidad.
- Estabilidad del personal.
- Iniciativa.
- Espíritu de equipo.
1. Los que han estado involucrados en procesos administrativos hoy en día, reconocerán la mayoría de estos principios. Perduran. Se siguen usando. Algunos de ellos han sido punta de lanza para nuevos principios o estrategias.
Los principios de Fayol
no son suficientes para que una empresa contemporánea tenga el éxito
garantizado. Pero la falta de ellos provocaría que dicha empresa no existiera.
Nuevas tendencias. El sistema dual y los ocho generadores.
La ciencia y la tecnología
evolucionan, y la administración hace lo propio también. Las empresas
consolidadas enfrentan un sinfín de problemas ocasionados por su misma
estructura basada en niveles y jerarquías. Las hace lentas, burocráticas,
reaccionarias, e incapaces de ver las oportunidades y mucho menos las amenazas.
Cuando estas llegan, suelen golpear como un torpedo.
Una de las propuestas
innovadoras expuestas por John P. Kotter de la Universidad de Harvard es la
llamada Red y el sistema dual.
Deja muy en claro que la
mayoría de las empresas exitosas se enfocan en hacer bien lo que marcan los
cánones: controlar la eficiencia, mantener la productividad de los procesos en
constante crecimiento, y desafiar el mercado con actualización tecnológica.
Todo eso está muy bien, pero es insuficiente.
Las empresas exitosas
están fallando en algo que es esencial para la supervivencia a largo plazo: la
estrategia.
El sistema piramidal
jerárquico, afirma Kotter, no permite que las personas correctas se enfoquen en
las oportunidades correctas (las grandes oportunidades).
La propuesta para superar
esto es el llamado sistema dual, que no es otra cosa que la creación de un
equipo multidisciplinario y multi jerárquico, que es empoderado para funcionar
como una organización dentro de la organización mayor. A esta organización se
le llama: la red.
Su misión: desarrollar
las estrategias necesarias para la navegación de la empresa a largo plazo. Ni
más, ni menos.
La propuesta en sí no es
nueva. Se ha utilizado por algún tiempo aunque no siempre con los resultados
esperados.
El sistema evolucionó y
se identificaron los procesos clave que pueden hacer que el sistema funcione de
manera eficiente. Se les denominó: los ocho generadores.
La experiencia en campo,
es decir en las empresas, indica que el sistema funciona. Eso es lo más importante.
Y si funciona, se debe
documentar e institucionalizar en las empresas.
CONCLUSIONES.
En mi opinión, mientras
las empresas continúen siendo administradas por seres humanos, las
posibilidades de innovación serán casi ilimitadas.
Me refiero a la innovación
en la gestión. Innovar en todos los procesos, desde el diseño y desarrollo de
nuevos productos, pasando por los procesos operativos y administrativos, hasta
los procesos de reclutamiento, buscando siempre los mejores métodos para
integrar a los y las mejores profesionales.
Innovar está en nuestra
naturaleza. Innovar es algo profundamente humano. Solo así atravesamos
exitosamente las distintas etapas desde la prehistoria. Innovamos para
sobrevivir a los depredadores, a las inclemencias del clima, a la carencia de
alimentos, a las persecuciones de los más fuertes. Innovamos para ejercer el
comercio internacional desde la edad del bronce hace más de cuatro mil años.
Innovar es la clave de
todo en mi opinión. Quizá las comodidades de este siglo y el anterior
provocaron un aletargamiento en esta cualidad; pero podemos
aprenderlo de nuevo.
Después de todo, aprender
es algo profundamente humano.
REFERENCIAS.
Kotter,
John P. (2008). La organización del futuro: un nuevo modelo para un mundo de
cambio acelerado. Boston, Estados Unidos de Norteamérica. Harvard Business
School.
Portilla,
Liliana. Villa, Carla. Montoya, Leonel (2007). La teoría científica y su
impacto en la empresa actual. Colombia. Sciencia et Techinca. Universidad
Tecnológica de Pereira.
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