Liderazgo Empresarial en las pequeñas y medianas empresas.
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Resumen.
Este ensayo explora las propuestas realizadas por la
doctora Rosa Amalia Gómez Ortiz en relación al tema de Liderazgo para las
micro, pequeñas y medianas empresas de México. Se analiza el artículo titulado "El liderazgo empresarial para la innovación tecnológica en las micro, pequeñas y medianas empresas", publicado en la revista Pensamiento y Gestión.
A lo largo de este documento,
se analizarán las justificaciones e hipótesis de la autora, las teorías sobre
liderazgo que presenta, y las conclusiones a las que llega.
Al final, se presentará
una conclusión con opiniones y reflexiones personales sobre lo revisado.
Palabras
clave: liderazgo, empresas mexicanas, teorías, innovación.
INTRODUCCIÓN.
El mundo se ha
transformado de una forma radical y a un ritmo acelerado. Fenómenos económicos,
sociales y revoluciones tecnológicas, han sido los principales artífices para
el desarrollo de nuevas realidades que ponen en jaque a la sociedad y a los
negocios.
La empresas mexicanas, y
en particular las micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas se han visto
envueltas de manera inevitable en todos estos fenómenos. Y aquellas que no
estaban listas para los cambios, han pagado las consecuencias.
Las empresas están
obligadas a innovar y reinventarse constantemente a ritmo acelerado para
permanecer competitivas. Esto requiere sistemas de gestión innovadores, y
lideres de vanguardia que inicien y mantengan el cambio. No hay opción y no hay
mañana.
El ensayo que vamos a analizar se titula El liderazgo empresarial para la innovación tecnológica en las micro, pequeñas y medianas empresas.
En su introducción, la autora propone tres puntos centrales:
- La necesidad de liderazgos efectivos en las micro, pequeñas y medianas empresas.
- Las características requeridas por los líderes de las micro, pequeñas y medianas empresas.
- La importancia de conocer las teorías de liderazgo.
Para la autora los
liderazgos son parte esencial en el funcionamiento de las empresas. Por los
tiempos turbulentos en que se vive actualmente, tiempos de competencia feroz y
en ocasiones desleal, tiempos de restricciones financieras y comerciales,
tiempos marcados por el ingreso de nuevos competidores procedentes de la
globalización; todo esto hace del liderazgo un objeto de necesidad e incluso de
supervivencia.
Las empresas deben
generar cambios de manera continua en todos los aspectos del negocio, y esto
requiere capacidad técnica y la habilidad para implementarlos en todos los
procesos. Esto representa un enorme reto porque se tiene que hacer a través de
las personas. El capital humano sigue siendo el más importante. Y es aquí donde
se encuentra el rol protagónico del líder. Solo mediante liderazgos
visionarios, carismáticos e inspiradores se podrán llevar a cabo los cambios
necesarios en las empresas.
Por todo lo anterior,
resulta claro y necesario conocer a profundidad que es el liderazgo. Es
necesario definirlo adecuadamente, identificar sus rasgos y características
destacadas. La mejor manera de abordar esto, dice la autora, es mediante un
recorrido por las principales teorías sobre el liderazgo.
IMPORTANCIA Y
CONCEPTUALIZACIÓN DEL LIDERAZGO.
Después de establecer
categóricamente la necesidad de liderazgos para la competitividad de las micro,
pequeña y medianas empresas mexicanas, el siguiente paso es definirlo. Entender
las distintas formas en que los autores lo han conceptualizado.
Para esto, la autora
procede a mencionar algunas definiciones que enumeramos a continuación:
- Líder es la persona capaz de ejercer influencia en otros, para dirigirlos y guiarlos efectivamente hacia el logro de objetivos y metas organizacionales.
- Liderazgo es el proceso de influir, guiar o dirigir a los miembros del grupo hacia la consecución de metas y objetivos organizacionales.
- El liderazgo es la capacidad de decidir lo que debe hacerse y luego lograr que los demás quieran hacerlo.
- Liderazgo es el proceso de influir en las actividades de un individuo o individuos, en las decisiones que se tomen y los esfuerzos que se realicen encaminados a metas, en una situación determinada.
- “El liderazgo es el proceso de mover un grupo en alguna dirección mediante medios generalmente no coercitivos. El liderazgo efectivo es aquel que produce movimientos encaminados a los intereses del grupo a largo plazo” (Kotter, 1990).
- “El liderazgo sobre los seres humanos se ejerce cuando un grupo de personas con ciertos motivos y fines se moviliza, en competencia o en conflicto con otros recursos institucionales, políticos, psicológicos, etc., para inducir, comprometer y satisfacer los motivos de los seguidores” (James McGregor Burns).
Tres elementos destacan
en estas definiciones: influencia, personas, objetivos y metas.
En efecto,
independientemente del orden de las palabras, el concepto de liderazgo se puede
resumir como: la capacidad de influir en las personas para trabajar unidos en
una meta y alcanzar objetivos establecidos.
De manera implícita está
la habilidad de motivar e inspirar a las personas, de sembrar en ellas la
convicción profunda de llevar a cabo lo que el líder les pide, en parte gracias
al poder de influencia que emana de este, y en parte también a la existencia de
expectativas de los colaboradores. Expectativas de obtener recompensas por llevar
a cabo los planes del líder.
La autora insiste en que
la situación compleja en que viven las empresas en la actualidad exige que se
analicen a detalle algunas de las principales teorías sobre liderazgo.
Concuerdo con ella en el sentido de que un buen líder debe hacer un despliegue
de rasgos de personalidad que lo distingan y al mismo tiempo, debe estar
equipado con un cuerpo de conocimientos que le permitan comprender el entorno
en el que se desenvuelve, y esto implica conocer a sus colaboradores en un
plano más profundo.
Es por eso que en los
capítulos siguientes, se analizan las principales teorías que se han
desarrollado en torno a lo que es el liderazgo, la motivación directiva,
estilos, enfoques, rasgos de personalidad, y las nuevas fuentes de poder que
emergen y están al servicio del líder.
TEORÍAS DE LIDERAZGO.
En una entrevista
realizada al doctor Mario Alonso Puig, este reflexiona sobre la naturaleza del
liderazgo y afirma, entre otras cosas, que es una forma de estar en el mundo.
Una forma de estar que repercute en los pensamientos y las conductas de las
personas. Desde esta perspectiva todos podemos, en un momento dado, acudir al
llamado de las circunstancias y llegar a ser líderes.
Esta perspectiva nos
sirve para comprender que la mayoría de las teorías de liderazgo tienen una
base psicológica. El principal objeto de estudio de la psicología es el ser
humano como entidad psíquica. El estudio de la personalidad humana es uno de
los pilares de la psicología clínica y sus aplicaciones se extienden a los
entornos educativos, jurídicos, penales, deportivos y laborales.
La psicología tiene mucho
que enseñarnos acerca de la personalidad de los seres humanos, y ese cuerpo de
conocimientos ha servido de base para el desarrollo de teorías sobre liderazgo.
Partiendo de las teorías
de los rasgos, hasta las teorías genéticas del liderazgo, la autora hace un
análisis de cada una de ellas, las cuales resumiremos en los siguientes
párrafos.
En 1942 William Sheldon
propuso analizar la personalidad desde tres ángulos o dimensiones: endomórfico,
mesomórfico, ectomórfico. Su base era puramente física, corporal.
Carl Jung por su parte,
propuso la teoría de las tipologías en la cual se divide a las personas en dos
grandes categorías: introvertidos y extrovertidos. Esta teoría tiene una gran
aceptación en tiempos actuales y ha servido de base para la elaboración de
tests de personalidad en algunas empresas del ramo automotriz.
Una de las
características importante que estas teorías han permitido identificar es la
motivación. Todo líder tiene ineludiblemente una fuerte carga de motivación que
funciona como un motor interno que le proporciona la energía física y mental
para llevar a cabo su tarea.
Según lo expuesto por
Mann, un líder debe poseer tres características:
- Habilidades técnicas.
- Habilidades interpersonales.
- Habilidades conceptuales.
Las habilidades
interpersonales comprenden la capacidad de comunicarse y empatizar con las
personas. Esta habilidad es esencial para poder llevar el mensaje a los
colaboradores y saber escuchar lo que estos tengan que decir.
Las habilidades
conceptuales son aquellas que le permiten al líder comprender situaciones,
problemas y conceptos de una manera correcta. Si esperamos que un líder
proponga un camino a seguir, debe ser también capaz de entender la realidad en
la que se desenvuelve.
La teoría conductual es
una escuela de pensamiento surgida en los Estados Unidos en la primera mitad
del siglo veinte. Para comprenderla mejor debemos contemplarla como la
antítesis de la teoría freudiana. Para la psicología conductual, lo único que
podemos saber de la mente de una persona es lo que se pone de manifiesto a
través de la conducta y los comportamientos. Solo eso.
Dos teorías de liderazgo
se derivan de esta escuela: La teoría situacional de Fred Fiedler y la teoría
de la trayectoria y meta de House y Dessler.
“La teoría conductual del
liderazgo se interesa en explorar las relaciones existentes entre la conducta
del líder y el desempeño del grupo de trabajo, y se enfoca más en lo que los
líderes hacen para dirigir, y los efectos que logran en los grupos de trabajo”
(Gómez, 2008).
La fuerza de esta
propuesta radica en un hecho irrefutable: los colaboradores observan a sus
líderes todo el tiempo, y valoran más lo que estos hacen que lo que dicen.
Partiendo de esta observación,
la autora resume la naturaleza de ambas teorías:
“los estilos de liderazgo
son más eficaces cuando se relacionan con una variedad de factores, incluyendo
el tipo de trabajo que desarrolla el líder, el tamaño del grupo, el grado en el
que se requiere de la cooperación de los miembros del grupo” (Gómez, 2008).
La teoría de modelo
integrativo del liderazgo, por su parte, pretende integrar todos los factores
que influyen en el buen o mal desempeño del líder. Considera la empresa en
primera instancia, su cultura organizacional. Contempla también la naturaleza
de los colaboradores, el ambiente laboral, las compensaciones, el grado de
satisfacción de los empleados.
Posteriormente, la autora
aborda uno de los temas más polémicos en la historia del estudio del liderazgo.
Un líder ¿nace o se hace?
Para Levicki (2000), no
hay dudas. En su teoría del gen del liderazgo menciona que las personas nacen
con cierta predisposición para el liderazgo. Partiendo de esto, establece una
distinción entre dos tipos generales de liderazgo. El nominal y el estratégico.
Los líderes nominales son
aquellos que alcanzan puestos de mando y se ven en la necesidad de ejercer
liderazgo. Aun cuando pueden no tener el conocimiento ni las habilidades,
tienen que ejercer funciones de líder porque así lo exige el puesto.
Los líderes estratégicos
por otro lado son aquellas que desde muy temprana edad dieron muestras de una
tendencia natural al liderazgo. Son independientes, con buen criterio, buenos
modales, respetuosos, competentes, abiertos al aprendizaje, curiosos, y generan
armonía en su entorno.
Todo lo anterior los
califica para ejercer con eficacia y autonomía las funciones centrales de su
posición: establecer objetivos, planear, instruir, controlar y evaluar.
ESTILOS DE LIDERAZGO.
Cada persona es un mundo
y por lo tanto, cada líder posee un estilo único, personal, producto de su
historia de vida: aprendizajes, experiencias, éxitos, fracasos, estudios,
trabajos, familia, pensamientos, creencias, valores, y mentores laborales.
Sin embargo, a pesar de
todas las diferencias que podemos encontrar, existen ciertas características
que todo buen líder debe mostrar.
Robert L. Katz propone
una serie de competencias que cualquier líder debe poseer, independientemente
de su estilo y del entorno donde se desempeñe.
- Habilidades técnicas.
- Habilidades humanas.
- Habilidades conceptuales.
Por habilidades técnicas
se entienden todos los conocimientos y experiencias que el líder posee en
determinado campo del saber. Si hablamos de un líder de manufactura por
ejemplo, se espera que el líder posea sólidos conocimientos sobre todo lo
relacionado con los procesos de producción.
Las habilidades humanas
son aquellas que nos permiten conectar positivamente con las personas que
trabajamos. Son las capacidades relacionadas con la comunicación, empatía,
escucha activa, trabajo en equipo, entre otras.
Y finalmente, las
habilidades conceptuales se refieren a la capacidad intelectual para comprender
la realidad en la que se desenvuelve, con toda su complejidad. Es la capacidad
de entender problemas y proponer soluciones. Ideas, conceptos, teorías, marcos de
referencia, patrones, entre otras, definen este tipo de habilidad.
Un líder que se precie de
serlo, sin importar su estilo de gestión, debe ser competente en los tres
rubros.
Esto es algo con lo que
concuerdo al cien por ciento. No podemos esperar el mismo nivel de competencia
en las tres áreas. Algunos serán más fuertes en lo técnico y menos en lo
humano, otros serán muy capaces de comunicarse con la gente, pero con carencias
a la hora de conceptualizar nuevos planes de acción. Lo ideal es que el líder
busque un equilibrio entre las tres.
Dicho lo anterior,
podemos enumerar los estilos basándonos en algunos personajes destacados de la
alta gerencia. Lee Iacocca es uno de ellos.
Implementó un sistema de
gestión basado en una visión nueva y audaz, estrategia inteligente, trabajo en
equipo, comunicación y motivación a las personas clave. Los resultados son de
todos conocidos. Lidereo la transformación de la empresa Chrysler en una de
alto rendimiento.
Los estilos de liderazgo
son muy variados, aun así, la autora presenta una tabla con los más
representativos: egocéntrico, autocrático, carismático, conflictivo,
estratégico, popular, igualitario, político, inteligente y el llamado líder
natural, el cual muestra un comportamiento de liderazgo completamente natural,
como nacido para ello.
Para Peter Ducker (1999),
ser líder significa ser un agente del cambio. Esto significa un rechazo frontal
a lo estático. La realidad del mundo de los negocios es dinámica, en constante
evolución, en todos los ámbitos. Esto requiere una líder que se sienta cómodo
con ello, que haga del cambio un estilo de vida, una forma de estar en el
mundo.
Enfocado en los negocios,
este tipo de líder planteará la necesidad de calibrar todos los procesos de la
empresa y reemplazar los obsoletos. Para hacerlo, debe tener la suficiente
capacidad de comunicar y “vender” la necesidad del cambio a todos los
colaboradores.
Es aquí donde se conecta
la teoría de Conger y Kanungo de la Universidad McGill. Ellos propusieron la
idea del líder carismático. Un líder visionario capaz de inspirar a sus
colaboradores y guiar con el ejemplo.
Posteriormente, la autora
presenta los estilos de liderazgo transaccional y transformacional.
El líder transaccional lo
podemos identificar como el gerente tradicional que revisa el rendimiento de
sus colaboradores, reconoce y recompensa los buenos resultados, y solo
interviene cuando estos no alcanzan el estándar mínimo de realización
(Administración por excepción). Mientras no hay problemas, se mantiene al
margen (Laissez faire).
El líder
transformacional, por su parte, va más a allá de sus responsabilidades regulares
y logra comprometer a sus colaboradores para dar lo mejor de si mismos.
Inspira, estimula, provee visión y misión, y muestra un profundo respeto a la
individualidad de todos y cada uno de los seguidores; de tal modo que cuando
establece altos niveles de expectativas, los empleados lo toman como algo
natural y se energizan para alcanzar las metas.
Finalmente, la autora
presenta las propuesta de Luigi Valdez (2000) quien analizó las propuestas de
varios autores y propuso una visión integradora, la cual se resume en cinco
puntos.
- El liderazgo parte de la capacidad personal.
- El liderazgo es un fenómeno dual y de influencia mutua.
- El líder desarrolla la capacidad de ver las posibilidades futuras.
- El líder es un formador y un habilitador de gente y de personas.
- El liderazgo conlleva una profunda necesidad de trascendencia.
Y es precisamente sobre
este último punto, el cinco, sobre el que elaboraré mi reflexión y propuesta
final.
CONCLUSIONES.
Resulta obvio que hoy más
que nunca, las micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas necesitan de
liderazgos fuertes, carismáticos y transformadores. Personas capaces de dirigir
negocios en los turbulentos y a veces catastróficos ambientes comerciales.
Turbulencias creadas por un sinfín de factores que requieren de preparación y
sagacidad para anticiparlos, confirmarlos y prepararse para resolverlos.
Mi reflexión parte de dos
preguntas principales:
- ¿Qué es el trabajo para los empleados?
- ¿Qué es la empresa para los empresarios?
La respuesta llega de
manera natural a nuestras mentes.
Para un empleado, el
trabajo es su fuente de sustento. Es con lo que se mantiene él/ella y a su
familia.
Para un empresario, su
empresa es igualmente la fuente de sustento, de él y su familia.
Ambas respuestas son
correctas. Son intuitivamente adecuadas. Reflejan cabalmente una realidad.
Todos trabajamos por un beneficio material/monetario.
¿Es todo? ¿No hay algo
más?
Si acomodamos estas
respuestas en la pirámide de Maslow, podremos ver que se ubican en el segundo
nivel: Seguridad.
¿Qué pasa con los tres niveles
siguientes? Afiliación, reconocimiento y autorrealización. Estas necesidades
son reales en la mayoría de los individuos. Todos anhelamos cultivar amistades,
afectos, reconocimiento, respeto y éxito. La mayoría aspiramos a estar
plenamente realizados cuando lleguemos al final de nuestros días.
El trabajo, en su
definición más amplia, es un lugar donde llevaremos a cabo tareas que tienen el
potencial de proveernos satisfacción. Es el lugar donde cultivaremos amistades,
y nuestro esfuerzo y dedicación se puede ver reconocido, respetado y admirado.
El centro de trabajo es
uno de los lugares ideales para cultivar nuestras habilidades cognitivas,
afectivas, de comunicación y camaradería. Es el lugar donde también nos
equivocaremos, tendremos fracasos y podremos, si nos proponemos, aprender de
ellos y seguir creciendo.
El trabajo es algo más
que una fuente de ingresos.
Un buen líder debe ser
capaz de comprender esto y capitalizarlo a favor de la empresa.
Retomando lo expuesto por
Luigi Valdez (2000) en su quinta propuesta, “el liderazgo conlleva una profunda
necesidad de trascendencia”. Detengámonos un momento para definir qué significa
la palabra trascendencia.
Una de las tres
definiciones que nos proporciona el diccionario de la Real Academia Española es
la siguiente:
“Aquello
que está más allá de los límites naturales” (RAE)
Continuando con Luigi
Valdez, nos indica que “muchos de los seguidores no encuentran el camino para lograr
trascender y lo hacen a través de su líder; en ello precisamente basa este una
gran parte de su poder y de su influencia: en la posibilidad de ayudar a su
gente a abrir los ojos y encontrar el camino que estaban buscando”.
¿Cuál camino? El de la
realización personal.
Trascendencia, en el
contexto de este ensayo, significa realizarse, alcanzar plenitud.
Un buen líder debe ser
capaz de comprender a profundidad el significado que esto tiene para sus
colaboradores, respetarlo y trabajar para proporcionarlo en la mejor cantidad y
calidad posible.
Al hacerlo, el mismo
estará construyendo su propia trascendencia dentro de la empresa, y en última
instancia, para su propia vida.
Las circunstancias lo
ameritan y lo exigen.
En conclusión, el líder
de las micro, pequeñas y medianas empresas debe ser una persona profundamente
comprometida con el cambio como algo inherente a la vida misma. Debe ser
también un conocedor de la naturaleza humana y en particular de sus
colaboradores. Debe conocer sus capacidades, limitaciones, potencial de
crecimiento, y fungiendo como un enlace, debe proporcionar un esquema de ganar
– ganar tanto para la empresa como para los empleados.
Para comprometerse a todo
esto y más, el líder debe desarrollar una concepción diferente de lo que significa
trabajar. La convicción de trascender produciendo crecimiento económico y
personal para ambos lados (empresa y empleados), es sin lugar a dudas un
proyecto de vida por el que bien vale la pena entregarse al cien por ciento.
Referencias.
Gómez,
Rosa A. (2008). El liderazgo empresarial para la innovación tecnológica en
las micro, pequeñas y medianas empresas. Pensamiento y Gestión No. 24.
México. Instituto Politécnico Nacional.
RAE. Real Academia
Española.

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