El Candidato
El
miércoles 22 de mayo del 2024 ocurrió una tragedia en el municipio de San Pedro
Garza García, en el estado de Nuevo León, México. La causa: un evento masivo de
cierre de campaña de la candidata Lorenia Canavati del partido Movimiento
Ciudadano (MC) para la alcaldía de ese municipio.
En
el evento se presentaría el grupo Bronco y contaba con la presencia del
candidato a la presidencia por el mismo partido, Jorge Álvarez Máynez. Justo en
el momento en que la animadora gritaba el nombre del candidato, todo el
templete se vino abajo iniciando una tragedia que provocó la muerte de 9
personas y varias decenas de heridos, algunos de gravedad.
Hubo
un video que comenzó a circular en las redes sociales y se hizo viral en
cuestión de minutos. En este se observa a los representantes de MC que están
parados en el templete. Se aprecia a la candidata Canavati y al candidato
Máynez tomados de la mano, sonrientes, dándose el apoyo mutuo que es muy común
en ese tipo de eventos.
Unos
instantes después, ante el inminente derrumbre de las torres y la pantalla
gigante, inicia una estampida en la que cada quien corre por su vida. El
primero en emprender la huida fue el propio candidato Máynez quien se deshace
de la mujer que buscaba apoyarse en él e inicia una carrera hacia el fondo del
templete, perdiéndose en unos instantes sin detenerse y sin voltear a ver a sus
compañeros.
Dos
de los hombres que acompañaban a los candidatos reaccionaron diferente: aun a
riesgo de su propia vida intentaron salvar a las dos mujeres que permanecían en
el lugar, una de ellas la mujer que Máynez había empujado. Y comenzó la guerra
en redes.
De
inmediato se puso en marcha una cacería feroz contra el candidato Máynez. Lo
acusaban de cobarde, de miedoso, de poco hombre, de correlón. Epítetos y
hashtags peyorativos hacia su persona y su cobarde proceder comenzaron a
inundar las redes.
“Si
así huyes ante un derrumbe, ¿cómo correrás cuando tengas que enfrentar a los
delincuentes”.
“me
caías bien Máynez, pero con esta acción tan cobarde, ahora me das asco”.
“patas
pa que las quiero”.
“miedoso
y correlón, como su patrón”.
“¿Por
qué no cancelaron el evento? Bola de ineptos irresponsables”
“El
servicio meteorológico y la CONAGUA advirtieron de vientos, tormentas y
tornados con suficiente tiempo. Les valió la seguridad de la gente”.
“Máynez,
campeón olímpico de 50 metros planos”.
“como
es posible que hayas abandonado a la mujer que te pedía ayuda”.
“#MáynezCobarde”.
Casi
al mismo tiempo, un ejército de defensores (reales y bots) comenzaron a repeler
los comentarios negativos hacia el candidato.
“No
es cobardía, el tenía que poner su vida a salvo para poder ayudar a los demás”.
“El
no es Superman, ¿acaso querías que se quedara a detener el derrumbe con sus
super poderes? Piensa antes de escribir”.
“Fue
un lamentable accidente. Los accidentes pasan, son inevitables”.
“¿Quién
puede predecir la naturaleza?”.
“Todos,
cualquiera de nosotros hubiera hecho lo mismo que él”.
“El
instinto de supervivencia lo impulso a ponerse a salvo. Todos reaccionamos
así”.
El
recuento de los daños aún está en proceso para el candidato y para el partido
MC. Porque más allá de la tragedia que nos conmocionó a todos, para ellos esto
es una cuestión que se les salió de control y sus consecuencias pueden ser
funestas en términos políticos. Solo el tiempo lo dirá.
¿Fue
un accidente imposible de evitar?
Veía
una entrevista realizada a un organizador de eventos masivos. Una de las cosas
en las que insistió durante la charla fue el hecho de que en ese negocio
siempre se está sujeto a las condiciones climatológicas. Se consultan con días
de anticipación y se monitorean constantemente hasta el día y hora del evento.
Si los pronósticos no son buenos, los eventos se cancelan. Ese es el protocolo.
Ha
quedado plenamente confirmado que tanto la CONAGUA como el servicio
meteorológico advirtieron con suficiente tiempo sobre el fenómeno climatológico
que imperaría la noche del siniestro. ¿Por qué no cancelaron? ¿Hubo fallas o
negligencia en la instalación del templete? Estas son preguntas que deberán
responder las autoridades pertinentes y se espera que informen a la ciudadanía
y deslinden responsabilidades.
Y
así llegamos a la parte medular de este artículo.
¿Fue
Máynez un cobarde al huir del lugar, empujando a su compañera y dejando a todos
sin importarle otra cosa que salvaguardar su vida? ¿Fue una reacción natural
que cualquiera de nosotros hubiera hecho?
En
las profundidades del cerebro, justo en el centro, existe un órgano llamado
Amígdala. No se debe confundir con las amígdalas de la garganta. La Amígdala
cerebral es un órgano encargado de procesar las señales de peligro que detecta
una persona, y regular las respuestas.
Gracias
a la Amígdala, que está ahí por una cuestión evolutiva y de supervivencia,
estamos diseñados para reaccionar de dos formas ante un peligro inminente:
enfrentarlo con todas nuestras fuerzas o alejarnos de él lo más rápido posible.
En
cualquiera de los casos, la amígdala procesa el peligro y activa el sistema
endocrino para liberar adrenalina. Esta entra en el torrente sanguíneo, lleva
la información de peligro al resto del organismo, libera energía en grandes
cantidades, acelera el ritmo cardiaco, y otorga al cuerpo fuerza, velocidad y
reflejos superiores durante unos instantes, para poder enfrentar el peligro o
huir de él.
Algunas
personas lo enfrentan; otras usan la energía para huir lo más rápido posible
del lugar. Eso explica en parte la tremenda velocidad con la que el candidato
huyó. Fue muy rápida su reacción y muy veloz en su desplazamiento.
Es
importante señalar que la decisión de enfrentar o huir no es razonada. No es
producto de una deliberación. Es producto de una reacción instintiva que toma
fracciones de segundo. Enfrentar o huir no define el nivel de valentía de una
persona. No hay evidencia de ello.
Valentía
y cobardía son rasgos de personalidad que se construyen a lo largo de la vida.
Influyen factores como la biología, la educación, el contexto social, el estado
de ánimo, entre otros. Huir para salvar la vida es una reacción totalmente
normal que no demerita (no debería) la calidad moral de una persona.
Dicho
lo anterior, hay que aceptar que algunas personas huyen, y otras enfrentan. La
prueba se puede observar en el mismo video donde uno de los acompañantes se
queda a auxiliar a las dos mujeres, aun cuando el templete se está desplomando.
¿Por qué unos huyen y otros enfrentan? No hay respuesta definitiva para ello.
Quienes
ante un peligro inminente huyen, en otro evento pueden reaccionar diferente,
enfrentar el peligro e incluso morir luchando. La naturaleza humana es
compleja. Es ruin burlarse de una persona cuya reacción fue natural,
instintiva, y muy similar a la que muchos de nosotros tendríamos ante un evento
así.
¿Qué
pasa entonces con toda esa ola de ataques? ¿Es simplemente politiquería
electoral?
El
problema, por decirlo de algún modo, es que fue el mismo candidato Máynez quien
se metió en esa narrativa de valentía y cobardía.
En
el tercer y último debate, el candidato tuvo la osadía de lanzar una pregunta a
la audiencia que quizá para muchos pasó desapercibida, otros tal vez la tomaron
como una bravuconada, pero analizándola con detenimiento, era un dardo tipo
boomerang muy envenenado. Cito sus palabras textuales del tercer debate:
“Por eso yo te preguntaría: si fueras en la
carretera y fueras atacado por un grupo criminal ¿quién te gustaría que fuera a
tu lado? ¿quién de los tres que está aquí? ¿quién crees que tiene la seriedad,
la competencia para enfrentar el problema más grave que tiene este país?”
Jorge Álvarez Máynez. Tercer debate presidencial.
Tres días después la vida le dio la oportunidad de demostrar con hechos sus palabras. De demostrarle a los Mexicanos, con hechos, que él es la persona que querrían tener a su lado en una situación de peligro. Y lamentablemente, la amígdala le jugó mal al candidato.
El candidato habló; el candidato retó; el candidato corrió.
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