¿Qué fue lo que pasó?

 





En las recientes elecciones presidenciales realizadas en México, el partido Morena y sus aliados obtuvieron una aplastante mayoría con un 59.36% de los votos totales (33.2 millones de sufragios), mientras que la coalición integrada por el PRI-PAN-PRD obtuvo un 27.9% de los votos totales (15.6 millones de sufragios).

Es importante a estas alturas no dejar de lado a Movimiento Ciudadano, quienes lograron obtener un 10.4% de los votos, sustentado por 5.8 millones de votos en total. No es poca cosa.

Como es de esperarse, los ganadores celebran y los perdedores…bueno los perdedores y algunos intelectuales y periodistas de primer nivel que apoyaban abiertamente a la coalición opositora están estupefactos. Los electores que votaron en contra de Morena también lo están. No lo asimilan y se preguntan ¿por qué? ¿Qué demonios fue lo que pasó?

Ante esta pregunta, el partido oficialista, empezando por el presidente y su séquito de periodistas juglares, responden rápidamente:

El pueblo es mucha pieza y ya no se le engaña con propaganda nefasta.

El pueblo está más feliz que nunca.

La derecha tiene que aceptar que no entiende al pueblo mexicano.

La derecha cerró una vez más sus ojos a la realidad del país, pintando un estado fallido y diciendo mentira tras mentira contra el gobierno. El pueblo supo darse cuenta de que todo era un engaño.

¿A poco creyeron que el pueblo iba a votar por una señora desparpajada, vulgar, infantil y payasita de la tele?

Espero que todos los que votaron en contra de mi movimiento, expresó el presidente en su mañanera, recapaciten y se den cuenta de su error. Es de sabios recomponer.

La derecha por su parte, y en especial los periodistas e intelectuales que la apoyan, respondieron más o menos con la siguiente tónica:

Este pueblo ingrato eligió el gobierno que se merece.

México, ¡pueblo maiceado!

Como no van a ganar con un presidente que se dedicó a promover el voto a su favor desde el primer día que fue presidente.

El presidente nunca se preocupó por gobernar, solo se dedicó al proselitismo y a promocionar a su candidata desde años atrás, violando la ley electoral cientos de veces.

El presidente maiceó al pueblo al triple justo en meses previos a la elección. Adelantó pensiones, y millones de personas se vieron de pronto con una cantidad de dinero en sus manos que no habían visto jamás en sus vidas.

El pueblo mexicano es ignorante. Votó a favor de la inseguridad creciente en ciudades y carreteras, desaparecidos, extorsiones, falta de medicamentos, corrupción, robadera. Y todo por recibir una migaja mensual.

¿Cómo se les ocurre darle el control total del congreso? ¿acaso son idiotas?

Ahora se habla de fraude. Se contarán al menos el 60% de las casillas distritales y se busca evidenciar jurídicamente lo que se vio durante la elección: robo de boletas, llenado masivo de boletas a favor de Morena, desaparición de casillas, compra de votos, etcétera.

Con esto se busca ajustar los conteos a lo que la gente realmente sufragó, y de paso ver si se logra equilibrar la distribución de escaños en el congreso. La cámara de diputados está dominada casi en su totalidad por Morena, tendrá mayoría calificada a menos que los reconteos indiquen otra cosa. La cámara de senadores, por su parte, parece estar más equilibrada y Morena se quedó a un par de escaños para alcanzar la mayoría calificada.

¿Qué fue lo que pasó?

Leyendo y escuchando ambas versiones, la de los vencidos y vencedores, me queda claro que todas se quedan cortas y no responden de manera contundente la pregunta.

¿Por qué? 

Porque el fenómeno que tenemos enfrente (el voto masivo por Morena) es sumamente complejo, tiene muchos pies y cabezas, no se explica con una sola respuesta. Es digna de un estudio socioeconómico y antropológico amplio, que quizá no podamos tener en el corto plazo.

Si la oposición se conforma con sus propias respuestas está destinada al fracaso, y por qué no, en un futuro puede disminuir su presencia a tal grado que solo será una anécdota hilarante en las futuras elecciones.

Si Morena y sus aliados se conforman también con sus respuestas de corte ideológico, se habrán devorado un pastel delicioso sin haber llegado a ponerse de acuerdo de que sabor era.

Los primeros datos estadísticos indican que Morena arrasó en sectores que no son populares. Obtuvo altos índices de sufragios en amplios sectores de la clase media y media alta. También llama la atención que en el sector de personas mayores, se estima que hubo un poco más del veinte por ciento que no votaron por Morena aun cuando reciben las ayudas del gobierno.

¿Por qué?

Porque México es complejo. Es plural. En el territorio mexicano existen muchos Méxicos. Hay muchas formas de pensar y de sentir que están arraigadas por la herencia cultural e histórica. En México existe un mundo de las apariencias bajo el que todos nos movemos, y también existe un México oculto, real, con narrativas que se transmiten de boca en boca de manera silenciosa, sin levantar mucho polvo.

Aunado a lo anterior, no podemos ignorar la realidad violenta de nuestro país. La influencia del crimen organizado también jugó un papel relevante en algunos sectores, pero esto no significa que en todos los casos la gente haya votado con miedo. Creer que sí, es desconocer al México profundo.

¿Es el pueblo mexicano un pueblo sin memoria?

Algunos opinan que sí, otros que no. Otros más piensan que el mexicano tiene memoria selectiva, es decir, recuerda y olvida según las conveniencias del tiempo y el espacio. Según las circunstancias pues.

¿Es el pueblo mexicano un pueblo de convicciones demócratas?

La reciente elección demuestra que si lo es, o al menos que está en camino a serlo. Con una votación del 60% del electorado, marca un hito si lo comparamos con las votaciones de antaño. El gran vencedor solía ser el abstencionismo. Ya no más.

Ciertamente, se esperaba una presencia del 75% o hasta el 80% de participación, que no se alcanzó. Existe aun un amplio sector al que no le interesa, no cree o simplemente no tiene tiempo de ir a votar.

¿Entiende el pueblo mexicano las ramificaciones de una vida democrática, por ejemplo el tema de los equilibrios y la alternancia de poder?

Sinceramente no lo se. Tengo mis reservas.

Cada día, de lunes a sábado, decenas de millones de mexicanos salen por la mañana a trabajar, a ganarse honradamente el poco sustento, a intentar sobrevivir con sueldos de hambre. Llegan en la noche y solo quieren cenar algo (los que pueden), darse un baño (los que pueden), medio atender los asuntos del hogar y los hijos, y dormir para la friega del día siguiente.

¿Es válido y justo esperar que a estas personas les interese el tema de los equilibrios de poder en el congreso, los contrapesos institucionales para limitar el poder del ejecutivo, y la alternancia en el poder como herramienta de control por parte del pueblo?

Hago esta pregunta porque eso es precisamente lo que los jilgueros de la derecha esperan del pueblo. Esperan razonamiento político de alto vuelo. Son ilusos por decir lo menos.

Hago también esta pregunta porque eso es, al parecer, lo que el gobierno actual de izquierda pretende: que al pueblo no le interese el tema de la democracia en lo absoluto. Vota por mí, yo te represento, yo cuido tus intereses, y olvídate de todo lo demás. ¿Equilibrios, contrapesos, y alternancia? Olvídate de eso, ¡Vive la vida y se feliz!

Vuelvo a hacer la pregunta del principio:

¿Qué fue lo que pasó?

Yo, como ya lo dije, no lo se. Es un fenómeno social muy complejo e interesante. Simplificarlo a una simple respuesta, plana y unidireccional, es demostrar lo mucho que se desconoce a México, al México profundo. Responder la pregunta con frases simplonas es ofender al Pueblo.

Y tu querido lector, ¿qué opinas?

 


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