Ceremonia de Inauguración de Juegos Olímpicos 2024 | ¿Cristianismo bajo ataque?
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Créditos imagen: Pixar-Geralt |
La noche del viernes 26 de julio
del 2024, la ciudad de París ofreció al mundo un espectáculo majestuoso para
celebrar la inauguración de los Juegos Olímpicos de Verano. Esa misma noche
comenzó la polémica.
En las redes comenzaron a
circular videoclips del evento en los que se podían apreciar escenas
perturbadoras, obscenas, e irrespetuosas. En particular una representación de
la Última Cena de da Vinci protagonizada por un hombre semidesnudo, pintado de
azul, con barba amarilla, acompañado de un grupo de Drag Queens e interpretando
una canción blasfema y anti cristiana.
Las reacciones no se hicieron
esperar. Comunidades cristianas de todo el mundo condenaron la escena
horrorizados por semejante nivel de cinismo, libertinaje y falta de respeto. Esas
conductas solo podían tener un origen satánico promovido por los representantes
de la ideología woke y los colectivos internacionales del movimiento LGBTIQ+.
Personalidades de la talla de
Elon Musk condenaron el hecho y el Episcopado de la Iglesia Católica Francesa
emitió una condena a lo sucedido por medio de una carta de apenas una cuartilla
de largo. Este es un extracto (traducción propia):
“La ceremonia de inauguración
realizada por el comité olímpico, ha ofrecido al mundo entero un evento lleno
de alegría, belleza multicolor y grandes emociones.
Desafortunadamente, también se
pudieron observar escenas de mofa y burla hacia los valores del Cristianismo, las
cuales lamentamos profundamente.
Agradecemos las muestras de
solidaridad ofrecidas por otros credos religiosos, y nuestros pensamientos
están con todos los cristianos del mundo que se han sentido ultrajados por la
presentación de estas escenas durante el evento.
Expresamos nuestro total
desacuerdo con las ideologías de ciertos artistas”.
Políticos de la extrema derecha
francesa se manifestaron con un mensaje al mundo. En este indican que esas
escenas no representan a Francia, sino a una pequeña minoría de izquierda
dispuesta a realizar cualquier acto de provocación.
Y la controversia sigue. Hay
llamados a boicotear los juegos, a no ver las transmisiones, a rechazar las
libertades de expresión. Todo esto dentro de un marco ya muy polarizado por las
guerras en Ucrania, Palestina, África, y las tensiones comerciales y militares
entre los Estados Unidos de Norteamérica, China y Rusia.
Un auténtico caldo de cultivo
para más conflictos.
Mi primera reacción fue la de la
mayoría: visceral e influenciada por los medios de comunicación. Como si
hubiera nacido ayer, me enganché con la narrativa durante un par de horas. Poco
a poco la emoción bajo y el enfoque crítico regresó.
¿Qué fue lo que en verdad pasó?
Esta pregunta quizá no la pueda responder a plenitud, pero me da el impulso
para analizar la situación de frente, sin intermediarios, aplicando la
observación con la menor cantidad de sesgo posible.
Es importante recordar a quien no
lo sepa que Francia es una república libre, democrática, de economía abierta y
con una rica tradición secular y anticlerical. La mayoría de sus habitantes,
exceptuando a la comunidad musulmana, se declara no creyente: agnósticos o
ateos.
La blasfemia es legal, lo cual
permite a cualquier persona expresar ideas antirreligiosas sin ningún tipo de
represalias oficiales. La libertad de pensamiento, de prensa y de elección de
pareja sexual sin importar el género, es uno de los más grandes logros
culturales en ese país.
¿Qué fue lo pasó?
Durante el desfile sobre el río
Sena, una caravana de bailarines se presentó sobre uno de los puentes que
atraviesan el río. Vestían de manera estrafalaria, con prendas multicolores y
de diseños variados. A la vista se podía observar personajes andróginos,
algunos de ellos varones vestidos de mujer, y viceversa. Música electrónica de
fondo, luces, fuegos artificiales, y alegría desbordada.
Después se colocó una mesa a la
que se acercaron la mayoría de los danzantes, y sobre ella se colocó una vianda
enorme y tapada, como si por dentro guardara un pavo gigante para nochebuena.
De pronto, al levantarse la tapa, emergió un hombre semidesnudo con la piel
pintada de azul celeste y comenzó a cantar una canción.
La escena duró 3 minutos
aproximadamente, los bailarines se mantuvieron de pie frente a la mesa durante
un periodo muy corto y continuaron bailando. El cantante terminó su canción sin
dejar de observar a la cámara. Fin de la escena. La cámara principal del evento
se trasladó a uno de los barcos que iban transitando por el río con gente a
bordo, bailando y cantando.
¿Se burlaron del Evangelio Cristiano?
¿Hubo alguna parodia de la Última Cena de Jesús de Nazareth?
Analicemos los elementos
observados:
¿Quién era el hombre azul y que
cantaba? ¿A qué personaje representaba el hombre azul?
El cantante se llama Philippe
Katerine y el personaje que representaba era el dios griego Dioniso, personaje
principal de la mitología grecorromana. En Grecia lo conocían como Dioniso, en
Roma le llamaban Baco.
Era el dios del vino, de la
fiesta, de la borrachera y de los excesos que ocurrían en las reuniones donde
se consumía alcohol en abundancia. También se le consideraba dios de la
fertilidad en algunas regiones. En las esculturas de la antigüedad se le
representaba de dos formas: como un hombre ya entrado en años, con barba y sin
pelo; y también como un hermoso joven semidesnudo y con rostro andrógino (varón
con facciones ligeramente femeninas).
En las pinturas y esculturas se
le hacía acompañar de personajes extravagantes tales como Sátiros y Silenos
(mitad hombre y mitad macho cabrío con el miembro viril erecto); ménades o
bacantes (mujeres borrachas que bailaban desenfrenadamente); faunos y centauros.
Todos ellos tenían vínculos con rituales fálicos.
En la antigüedad a este dios se
le rendía culto público mediante fiestas en las que los asistentes se
disfrazaban, bebían, cantaban, bailaban y hacían desmanes. Eran fiestas muy
esperadas cada año y se realizaban en procesiones muy parecidas a lo que hoy
día conocemos como carnavales.
¿Qué decía la letra de la
canción?
El título de la canción es NU. La
traducción al español es: Desnudo. A continuación un extracto de la letra con
traducción propia:
“¿Habría guerras si hubiéramos
permanecido desnudos? ¿Dónde se guarda un revolver cuando estas desnudo? En la desnudez,
ricos y pobres volvemos a ser los mismos de nuevo. O gordos, simplemente
desnudos, volver a estar como nacimos. Si hubiéramos permanecido desnudos no existiría
la guerra”.
El video oficial está en YouTube.
El cantante, los músicos y el público aparecen todos desnudos.
¿Se burlaron del Evangelio Cristiano?
¿Hubo alguna parodia de la Última Cena de Jesús de Nazareth?
Lo que yo observé fue una
alegoría de las fiestas paganas en honor al dios Dioniso. Gente bailando, con
vestidos estrafalarios, con un niño incluido que bailaba rítmicamente, y sí,
había una mesa y por unos instantes se pudo ver algo parecido a la imagen de La
Última Cena de da Vinci.
¿Qué efecto produjo la escena en
mí? ¿Me sentí ofendido? ¿Se burlaron de mi fe cristiana?
El efecto que me produjo fue el
mismo que suelo experimentar cuando asisto a algún evento con elementos audiovisuales
multicolores. Me hizo sonreír, me causó gracia la parsimonia del personaje azul
(dios Dioniso), y me maravillé por la calidad expresiva de los danzantes.
No me sentí ofendido.
¿Hubo algún simbolismo oculto
bajo el cual intentaron mofarse de la Última Cena de Jesús?
Es probable que sí, pero es muy difícil
de demostrar. Con imaginación podemos ver o interpretar prácticamente lo que nos
venga en gana. No descarto la posibilidad de que la escena lleve una crítica
hacia la fe cristiana.
Sin embargo, no lo considero
suficiente para elevar las protestas al nivel que se han realizado. La fe
cristiana ha estado bajo ataque desde el mismo momento en que surgió hace dos mil
años. Incluso desde antes de su aparición ya era calumniada y perseguida. La crucifixión
de Jesús ocurrió mucho antes de que existiera el cristianismo. Lo mismo ocurrió
con Esteban, Santiago y muchos otros y otras que a lo largo de los siglos
fueron martirizados por su fe.
Todo esto comparado con la
supuesta burla de los franceses es, en mi opinión, peccata minuta. A estas
altura del tiempo, los cristianos ya deberíamos tener una piel más gruesa ante
los ataques a nuestra fe.
¿Qué tienen que decir los
organizadores del evento?
Como resultado de las crecientes
protestas a nivel mundial, los organizadores de los Juegos han salido a
manifestar una postura de rechazo a las acusaciones. Niegan que haya una
provocación en el desarrollo de las escenas. Insisten en que el espíritu olímpico
de hermandad está impregnado en cada una de las representaciones.
El cantante y protagonista
principal de la polémica escena comentó un día después de la inauguración que
sin polémica no hay diversión y todo se vuelve aburrido.
El director artístico de la
ceremonia, Thomas Jolly, rechazó rotundamente la acusación de burla hacia la última
cena de los evangelios, como lo señaló el episcopado católico francés y la
extrema derecha. Afirmó que de parte de el jamás se encontrarán indicios de
querer burlarse o denigrar. Defiende los valores de la república francesa pero
nunca al costo de mofarse de credos religiosos.
Jolly insistió en que no se
inspiró en la Última Cena, sino en los grandes festivales paganos relacionados
con los dioses del Olimpo. Porque al final, la fiesta es en honor a las
olimpiadas. La directora de comunicaciones del comité organizador afirmó en una
conferencia de prensa que “nunca hubo ninguna intención de faltarle el respeto
a ningún grupo religioso en absoluto, y si alguien se sintió ofendido, lo
sentimos mucho”.
En conclusión, es mejor relajarse
y disfrutar el desarrollo de las competencias, y dejar el lloriqueo pseudo
religioso para otro momento.
Ya comenzaron a caer los primeros
récords mundiales en natación y nuestras gimnastas mexicanas, fieles a la
cultura derrotista nacional, hicieron un tremendo ridículo en su participación
con caídas, risas y llanto incluido, pero con la frente en alto y con la mirada
soñadora puesta en el futuro.
Muy ad hoc a la nueva realidad
del país.
Excelente reseña, Oscar👍🏻👏🏻..nos ayuda a entender el contexto de los hechos.
ResponderBorrarY, quisiera expresar mi humilde opinión, que en mi caso, sí tiene sesgo pues mi día a día se mueve en el entorno del mundo infantil.
En lo concerniente a la ofensa a la fe cristiana, concuerdo con lo expresado; creo que cuando se ofende, el daño o agravio realmente recae en quien emite la ofensa, no obstante creo que sí hubo elementos que pudieron evitar para no prestarse a interpretaciones erróneas.
La cuestión para mi es que era un espectáculo familiar y, sinceramente, el ambiente de carnaval ( con toda esa connotación del Dios Dionisio y rituales paganos donde se festeja el exceso) no es precisamente apto para menores. Cierto, ese show en especifico duro muy poquito pero tenía alcance global. Y, siendo Francia un país que fue y es punta de lanza de innovación en muchos aspectos, me preocupa que, con esta manifestación tan evidente de las ideologías actuales en este sentido, pase a ser lo habitual y hasta natural en la conciencia de nuestros niños . El futuro nos dará en la cara en corto tiempo, y creo ya lo está haciendo 😑
En fin, para mi, en especifico ese momento del espectáculo, me dejó triste. Para mi gusto, fue grotesco, incluso, dejando a un lado cuestiones ideologicas, religiosas, políticas, siento que ese momento del show, pudo haberse expresado de una forma más bella, estética, refinada, es más, creo que el significado de la canción, hubiese tenido un mejor impacto....mi humilde opinión 🫠