Ayer preguntaron por ti.
Ayer me preguntó por ti el
cenzontle al que alimentabas con tu risa matutina mientras esparcías el alpiste
sobre el patio trasero de la casa.
Ayer me preguntó por ti el
periquito australiano al que regañabas cuando se portaba mal y después le
pedías una canción para alegrarte el día.
Ayer me preguntaron por ti tus
plantas, tus queridas plantas a las que tanto cuidabas y procurabas durante el
año. Extrañan el agua fresca de tu manantial; extrañan tu voz y echan de menos
tus manteles de hule para protegerlas durante el invierno.
Ayer me preguntó por ti tu
bugambilia. Está más grande y fuerte que nunca. Agradece todos los cuidados que
tuviste con ella y con voz entrecortada me ofreció un racimo para tu última
morada.
Ayer me preguntaron por ti tus
monitos de porcelana que trajiste contigo desde tierras lejanas. Les prometiste
una vida mejor y se los cumpliste. Quieren verte aunque sea una vez más.
Ayer preguntaron por ti los dos
cuadros que colgaste en la pared desde el primer día. El de la Última Cena te
manda bendecir todos los días, y el de las casitas junto al lago jura que por
las noches escucha tu voz entre las penumbras.
Ayer me preguntó por ti el cuadro
de la Virgencita y el crucifijo grande de plástico que pende de un clavo en la
esquina de tu recámara. Saben donde estás y solo quieren enviarte un abrazo
cálido y fuerte.
Ayer me preguntaron por ti tu
mesa de cedro y tus muebles de caoba y tela verde. Añoran tus sesiones de
limpieza y me exigen que te honre de la misma forma.
Ayer preguntaron por ti tus tres
hermosos floreros que dejaste en la sala de la casa. No han envejecido nada.
Por las tardes sienten nostalgia y quisieran regresar el tiempo para decirte lo
mucho que te aman y lo mucho que te extrañan.
Ayer brotaron los primeros mangos
de tu árbol y me prometió que los cuidaría solo para ti. No acepta que ya no
estes aquí. Se niega a escuchar mis explicaciones.
Ayer llegó de improviso el viento
fuerte del sur, ese con quien peleabas un día sí y el otro también. Entró al
patio sin pedir permiso y preguntó también por ti. En ningún lado le han
reprendido como tú. Quiere saber cuándo regresas.
Ayer preguntaron por ti tu cama y
tu espejo. Les abruma la soledad de tu ausencia. Les deprime el lento pasar de
los días, las semanas, del verano y del invierno, del día y de la noche.
Yo les prometí a todos ellos
madre mía, que algún día te volveré a ver. Y prometí también llevar conmigo sus
saludos y buenos deseos. Todos y cada uno de ellos.
Ayer también yo pregunté por ti…nadie
se atrevió a responder.
..❤️..
ResponderBorrarQué hermoso! 🙏
ResponderBorrar💖🙏💐
ResponderBorrarJwjsjjdkf
ResponderBorrarSé que desde un hermoso lugar, ella los saluda y envía un cálido abrazo, especialmente a ti, Oscar!!💖
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