Un regalo hasta el cielo.

 



¿Qué hice yo para que me amara tanto?

Desde lo más remoto de mis memorias, desde la lejanía de mis recuerdos infantiles, desde el mismo instante en que llegué a este mundo, siempre estuvo a mi lado la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida.

Ella me cuidó con el amor que solo una madre puede dar.

Me protegió y me alimentó durante mis primeros días; mis primeros días en esta gran fiesta llamada vida.

Me vio crecer y mi conexión con ella se hizo de acero, inquebrantable.

¿Qué hice yo para que me amara tanto desde el primer día?

La respuesta es simple: ¡Nada!

Bastó y sobro ser su nieto, el hijo mayor de su hija mayor.

Mi abuelita Pompo fue para mi un remanso de paz donde reposar mi alma en los momentos de tristeza y dificultad. Su presencia y su voz calmaban mi corazón agitado. Fue una luz firme que siempre me orientó hacia el camino bueno, de lucha y perseverancia.

Mi abuelita Pompo fue para mí un ejemplo de tenacidad y resiliencia ante la adversidad y las tormentas de la existencia. Conoció la soledad desde muy niña, huérfana, educada por su abuela, casada desde muy joven con un hombre que la amo y le regaló una familia entera.

Llegar a su casa era garantía de sonrisas abundantes, abrazos entrañables, y un espíritu pausado que siempre veía lo mejor de mí. Siempre me alentó, siempre me bendijo, y siempre me amo de manera incondicional, como un hijo más.

Un día como hoy hace once años, su vida en este mundo se apagó, y el cielo le abrió las puertas de par en par.

Un día como hoy hace once años, su partida dejó un hueco enorme en mi corazón, y en el cielo hubo fiesta y celebración por un nuevo ángel al servicio del Señor.

Hoy celebro los incontables momentos en que reímos juntos, comimos juntos y celebramos la vida juntos.

Hoy celebro las charlas amenas, llenas de sabiduría práctica, de genialidad, de chispa y ocurrencia.

Hoy celebro más que nunca el inmenso honor de ser su nieto, aquí y en el más allá.

Un beso enorme hasta el cielo, abuelita.

 



Comentarios

  1. Así fué Pompo una mujer que tenía Amor para todos, para mí no fué una suegra fue como mi segunda madre, amiga, confidente, permanece en mi corazón, es increíble que ya son once años que esta con Papá Dios

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