Día de Muertos | Los orígenes.

 

Los Orígenes.



Están próximos los días en que en México y en otras partes del mundo católico se celebra el día de muertos.

Las fechas las conocemos todos: 1 y 2 de Noviembre.

En México esta celebración cobra vida cada año de formas diversas. Cada región, cada municipio, incluso cada poblado por muy pequeño que sea tiene rituales únicos. En el norte del país existe mucha influencia estadounidense y suelen celebrar el Halloween con más intensidad que el día de muertos mexicano.

En la zona centro y sur de México la cosa es muy diferente; el día de muertos se vive con sentimientos y convicciones profundas, forjadas a lo largo de los siglos.

¿Cuáles son los orígenes de esta celebración?

¿Es una tradición heredada de los pueblos indígenas autóctonos?

¿O es acaso una tradición que trajeron los españoles católicos a Mesoamérica?

La respuesta no es tan simple, y eso es lo que la hace fascinante.

Por principio de cuentas se debe dejar en claro lo siguiente: la celebración del día de muertos tal como se realiza hoy en día en México y en otras partes de Latinoamérica y España, es de origen hispano-católico. Algunos de los significados y simbolismos que la integran proceden de la milenaria tradición católica.

La celebración del día de muertos se integró formalmente al ritual de la iglesia católica en el siglo X, designando dos días para los festejos. El primero de noviembre es el día de Todos los Santos y se honra la memoria de los santos y mártires de la iglesia católica, mientras que al dos de noviembre se le llamó Día de los Fieles Difuntos, destinado al resto de la comunidad cristiana católica en el mundo.

La práctica procede de los antiguos pueblos celtas de la zona centro y norte de Europa (norte de Francia, Inglaterra e Irlanda) quienes al ser evangelizados en la fe cristiana durante la edad media aportaron algunas de sus costumbres a los rituales del catolicismo de la época.

Los celtas paganos celebraban el final de las cosechas hacia finales del mes de octubre y principios de noviembre. A esta celebración la llamaban Samhain y en ella recordaban a sus muertos y tenían la creencia firme de que durante esos días se abrían portales que comunicaban a ambos mundos: el terrenal y el espiritual.

Tenían también la convicción de que en estos días las almas de los muertos podían “bajar” temporalmente a la tierra para estar (en espíritu) con sus seres queridos, y estos les agasajaban con fiestas, rituales y ofrendas.

¿Suena familiar?

¿Qué ocurría en Mesoamérica antes de la llegada de los españoles?

Las tradiciones, mitos, prácticas rituales y el folklor variaban según la zona y los pueblos que ahí vivían. Para efectos pedagógicos este artículo se enfoca primordialmente en las prácticas de los pueblos nahuas de la zona centro del altiplano, y en particular de los pueblos mexicas de habla náhuatl entre los que destacan los archi famosos Aztecas.

El calendario azteca era de 365 días y estaba dividido ritualmente en 20 fiestas anuales con una duración de 18 días cada una. Esto daba como resultado un total de 360 días (20 x 18) y los 5 días que sobraban se compensaban en la última celebración del año cuya duración era de 23 días.

Por lo tanto, en Tenochtitlan (centro político del altiplano prehispánico) se celebraban fiestas rituales durante todo el año.

En estas fiestas se rendían culto a los dioses de la vida, de la muerte, del agua, del sol, de la luna, y lo hacían con ceremoniales, bailes y ofrendas. En algunos de estos casos, dependiendo del dios celebrado, las ofrendas eran humanas; se realizaba el sacrificio humano ritual para Tlaloc, Huitzilopochtli, Xipe Tótec, entre otros.

Una de estas fiestas se realizaba del 13 de noviembre al 2 de diciembre. Era en honor a los muertos (guerreros) caídos en batalla. Se llamaba Quecholli… la celebración de Quecholli.

Se han podido identificar al menos 7 de estas fiestas (incluida Quecholli) en donde se celebraba de alguna forma a la memoria de los muertos.

Es importante hacer un alto y aclarar que estas fiestas tenían un trasfondo agrícola. Eran dedicadas a las cosechas, al ciclo de la vida y la muerte, a la magia de la madre tierra que recibía a los muertos (personas), a los animales y a la flora marchita, y devolvía más vida: nuevos nacimientos de humanos y animales y nuevas cosechas.

Este era el trasfondo de esas celebraciones en el mundo prehispánico.

A partir de la caída de Tenochtitlan en 1521, inicia un proceso de evangelización que duraría al menos trescientos años. Los primeros religiosos en llegar a territorio mexicano fueron los frailes franciscanos, a quienes Hernán Cortés mandó llamar de España para que se encargaran de la cristianización de los indígenas.

Posteriormente llegaron los dominicos y los benedictinos, y la obra evangélica se diseminó por todo el territorio que hoy conocemos como México.

Estos religiosos entraron en contacto con los indígenas, principalmente hijos e hijas de los nobles aztecas y comenzaron a aprender la lengua. Primero fue el náhuatl. Después aprendieron tarasco, otomí, purépecha, popoluca, maya, etcétera. También se dedicaron a la enseñanza del castellano y lograron así establecer un poderoso puente de comunicación entre ambas culturas.

Muy pronto los frailes se dieron cuenta del arraigo que tenían las fiestas rituales en los indios que evangelizaban y cuando llegó el momento de instituir el día de muertos en México, lo hicieron apelando a las celebraciones que ya existían.

La celebración más cercana en fechas por parte de los mexicas era Quecholli (del 13 de noviembre al 2 de diciembre). Para los mexicas no representó gran problema “mover” la fecha y alinearla con el 1 y 2 de noviembre de los frailes católicos.

En el mundo prehispánico no había ninguna celebración de día de muertos durante estos días. En las décadas siguientes y con el paso del tiempo, inició el sincretismo entre ambas culturas (hispana y mesoamericana).

El sincretismo es un fenómeno cultural que consiste en la integración o combinación de dos o más culturas de las cuales emerge una nueva. La fusión se realiza en distintas áreas del quehacer cultural: música, folklor, arte, idioma, comida, religión y creencias populares.

Este sincretismo permitió que el ritual católico de día de muertos se enriqueciera a lo largo de los siglos con los elementos culturales de los pueblos autóctonos, haciendo de esta una celebración sincrética, mestiza y única en todo el mundo.

Al inicio del artículo se afirmó que la celebración se realiza en todo el mundo católico, y es cierto. Pero solo en México se celebra con todas las peculiaridades y variantes, y esto es gracias a los elementos de la tradición mesoamericana que se fueron integrando al ritual durante el paso del tiempo.

La flor de cempasúchil, el sahumerio del copal, la rica ofrenda culinaria, el petate, el izcuintle, el gollete y las cañas que emulan al tzompantli, los tamales y el mole, son algunos de los elementos cuyo origen se remonta a tiempos prehispánicos, y son parte esencial de los altares en la actualidad.

Con todo lo anterior, retomamos nuevamente las preguntas planteadas al principio:

¿Cuáles son los orígenes de esta celebración?

¿Es una tradición heredada de los pueblos indígenas autóctonos?

¿O es acaso una tradición que trajeron los españoles a Mesoamérica?

Y entonces respondemos:

La celebración del día de muertos en el México actual es una tradición sincrética, producto del mestizaje cultural entre las tradiciones hispano-católica y mesoamericana. Llegó de España, y se integró con elementos de las culturas prehispánicas. Los mexicanos somos herederos de ambos mundos y en el proceso creamos una tradición propia, única, bella y mística, que nos conecta con nuestros difuntos cada año en un ciclo de vida, muerte y renacimiento interminable.

 

Próximo capítulo:

Día de Muertos | ¿Cuántas almas tiene un ser humano? – Tradición católica y mexica.


Bibliografía:

Dr. Saúl Millán. Instituto Nacional de Antropología e Historia. INAH.

Dr. Alfredo López. Instituto de Investigaciones Antropológicas. UNAM.


Comentarios

  1. Si, Dia de Muertos es una mezcla entre lo prehispanico que los Mexicas ya tenian a Cihuacoatl (que se convertiría en la Llorona) y a muchos otros dioses.Posteriormente con la conquista se dió la mezcla entre tradición-creencias mexicas y la religión que nos trajeron los conquistadores dando como resultado ésta fiesta de colorido, alegría y amor que más que festejar la muerte festejamos la vida, la vida de nuestros seres queridos y la vida de nosotros mismos.

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  2. Muy bien excelente gracias

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