Don Felipe: ¡Pídanos Perdón!

 



8 de Octubre del 2024.

Carta dirigida al rey de España, Don Felipe VI.

 

Estimado Felipe de Borbón.

Por medio de la presente se le exhorta a que haga de lado sus inseguridades, miedos y recatos reales y se anime de una vez por todas a pedirnos perdón a todos los mexicanos. Se lo debe a México y se lo debe a España.

Desde hace 500 años vivimos en la ignominia y la opresión, en el desacato y la inmundicia, en el despojo continuo y en la vergüenza ante las naciones del mundo. Somos el hazmerreír y lo somos por culpa de España.

Hace 500 años España conquistó México y se llevó lo mejor de nuestra cultura, lo mejor de nuestra raza, lo mejor de nuestra esencia. Destruyeron nuestro sistema agrícola el cual superaba al de la antigua Mesopotamia y al del milenario Egipto.

Destruyeron nuestros templos consagrados a nuestros Dioses quienes se revuelcan en el más allá y lloran desde entonces por culpa del destierro. Extirparon de golpe a nuestro amado Huitzilopochtli, Tezcatlipoca, Tlaloc, y muchos otros, e instalaron una religión extraña, incomprensible y destructora.

¡Llévense de vuelta a su Cristo Sacramentado!

¡Llévense de regreso a su Virgen del Tepeyac!

¡Llévense de vuelta a su Dios Trino!

No los necesitamos.

Reinstalaremos a nuestros antiguos dioses y les rendiremos culto como lo hacían nuestros antepasados. ¡Le pese a quien le pese!

Destruyeron nuestros palacios y chinampas y los reemplazaron con sus repulsivas construcciones barrocas. Si, ese barroco del que tanto se enorgullecen y que no es más que una manifestación de su deprimente y arcaica visión arquitectónica.

Nosotros tenemos un proyecto inmobiliario que reemplazara paulatinamente todo vestigio de edificios virreinales, y serán reemplazados por palacios mexicas y centros ceremoniales, dignos de nuestra estirpe y de nuestras tradiciones.

¡Llévense su música!

No queremos el mariachi, ni el folklor regional, ni los huapangos, ni los sones, ni las guitarras, ni los tambores, ni los violines, ni las harpas…no queremos nada, nada.

Por su culpa nuestra música es ridiculizada.

¡LLÉVENSE SU COMIDA!

Ya no queremos el mole, los chiles en nogada, la carne asada, las tostadas, los molotes, el caldo de pollo, la sopa de verduras, la carne molida, el asado de puerco, las carnitas, los chicharrones, la leche, el chocolate con leche, el café.

¡Estamos hartos de comer tacos!

Por su culpa estamos gordos. Nuestros ancestros si sabían comer. Eran esbeltos, sus gases corporales enriquecían el medio ambiente, y con el sudor emanado de sus cuerpos se fabricaban perfumes que hoy en día serían la envidia de la casa Chanel.

Destruyeron nuestra lengua. ¿Cómo pudieron atreverse a tanto?

Que se escuche fuerte y que se escuche claro:

¡YA NO QUEREMOS HABLAR EN ESPAÑOL!

¡Me escupo a mí mismo por tener que redactar esto en esta lengua! Pero lo hago para que me entienda y no se haga que la virgen le habla.

Le informo que muy pronto comenzaremos una limpia lingüística que hará renacer la grandeza de nuestras lenguas autóctonas. Aprenderemos náhuatl de nuevo. Aprenderemos totonaco, otomí, purépecha, popoluca, maya, y todos los dialectos que ustedes intentaron desaparecer.

Y entonces alcanzaremos nuestra grandeza. Esa que nos arrebataron hace 500 años.

El antiguo canto de Quetzalcóatl retumba en el corazón de todos los mexicanos.

Nuestras venas hierven ante el llamado de Huitzilopochtli y sus sacerdotes ancestrales. El Chac Mool está ansioso por recibir nuevas ofrendas.

¡Volveremos a comer pozole y tamales con carne humana!

¡Si señor! ¡Que se escuche fuerte y que se escuche claro!

Volveremos a ser mexicanos de verdad.

Volveremos a ver la serpiente emplumada devorando la víbora sobre la penca de un maguey. Y entonces el mundo enmudecerá ante nuestra presencia. Nuestra voz se escuchará fuerte hasta lo más recóndito de la tierra.

Ganaremos un mundial de futbol y seremos grandes de nuevo.

Volveremos a ser México.

 

Atentamente.

Juan Cacamatzín Hernández Macehual.

Presidente de la CONAREDIP (Comisión Nacional para restaurar la dignidad del Pueblo).

 

PD: Mientras tanto, sírvase a enviar su disculpa por escrito en sobre membretado y por valija diplomática. Asegúrese de incluir una memoria USB con un discurso de perdón por sus pecados del pasado. Se aceptan transferencias electrónicas en caso de que su arrepentimiento sea sincero.

¡El Perdón Engrandece!

 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cónclave – La Película | Breve reseña y análisis crítico.

Boda en la Montaña | Una historia familiar.

Un regalo hasta el cielo.