Being Free is a State of Mind | La libertad auténtica está en la mente.
Hace un par de días vi un historia
de Facebook que decía la siguiente frase en inglés: BEING FREE IS A STATE OF
MIND. Lo publicó una joven amiga en su cuenta y al leerlo mi mente voló de
inmediato al pasado…a mi adolescencia.
En 1985 ingresé al segundo grado
de preparatoria (el equivalente actual a tercer semestre de educación media
superior) en el área de humanidades. La primera clase programada para las 7am
era ANTROPOLOGÍA, con el maestro Miguel Ángel Colunga.
La Antropología es la ciencia que
estudia las culturas humanas: sus tradiciones, costumbres, folklore, idiomas y
creencias religiosas.
El profe llegó elegantemente
vestido: pantalón de vestir negro, camisa de seda color azul marino y de manga
larga, zapato Jean Pierre (lo más caro de la época), y un perfume que inundó el salón y
embriagó a la mayoría de mis compañeras y compañeros. Todo un dandi.
Su hija mayor, Ciria Colunga, estaba
en la misma clase; era mi compañera y amiga desde la secundaria y no dudó en
darnos santo y seña de las prendas que vestía su padre esa mañana. Se sentía
orgullosa de ser su hija.
El profe Colunga se presentó
brevemente, explicó en lo general el contenido del curso, los temas a estudiar durante
el semestre, y posteriormente procedió a darnos un discurso. Fue un discurso
tan memorable que aun recuerdo lo esencial: la libertad del ser humano.
Su mensaje, como yo lo recuerdo,
fue de la siguiente manera (palabras más palabras menos):
Estimados alumnos.
Están por iniciar una etapa
más en su formación académica. Me siento honrado de ser parte de ella y aportar
lo que me corresponde en su proceso educativo.
Yo les pregunto esta mañana:
¿Para qué nos educamos?
¿Para qué le dedicamos tanto tiempo
y esfuerzo?
¿Vale la pena el sacrificio? ¿El
suyo y el de sus padres?
Yo les respondo:
¡Nos educamos para ser libres!
Nos educamos para no ser
títeres de nadie.
Nos educamos para alcanzar y
realizar nuestra verdadera vocación humana: convertirnos en seres plenamente
libres y enfocados en hacer de este mundo un mejor lugar para vivir, para
nosotros y para las siguientes generaciones.
Nos educamos para pensar de
manera correcta, desarrollar nuestras convicciones y aprender a defenderlas.
La libertad, estimados alumnos
y alumnas, radica en nuestra capacidad de pensar, sentir y creer lo que
queramos sin que nada ni nadie nos lo imponga. Los sistemas opresivos del mundo
pueden llegar a privarnos de nuestra libertad corporal, pero nunca, nunca
podrán encarcelar nuestro espíritu. Ahí somos libres y no hay fuerza que pueda
doblegarnos.
¡Para eso están ustedes aquí!
Para aprender a ser libres.
Y para eso estamos nosotros
los docentes:
Para mostrarles el camino.
Ese es mi objetivo.
La materia de Antropología fue
una puerta a nuevos conocimientos y formas de pensar. De la mano del profe
viajamos a las culturas prehispánicas, mexicas y totonacas, y profundizamos en
sus sistemas de valores. Viajamos también por las antiguas culturas de la Mesopotamia
y del Egipto, y ampliamos nuestros horizontes culturales.
Este año se cumplen 40 años de
aquel gran discurso.
Quise aprovechar la impresión que
me causó la historia de FB de mi amiga, para recordar a uno de los mejores maestros
que he tenido en mi vida. También lo quiero dedicar a las nuevas generaciones
porque sigue siendo igual de valioso que hace cuatro décadas.
Con afecto para el profe Miguel Ángel
Colunga, donde quiera que se encuentre.
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