Aranceles y más aranceles | Las respuestas de Canadá y México.

 


La amenaza de imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense se hizo realidad. 25% de tarifas impositivas a todos los productos mexicanos y canadienses.

Esto implica un encarecimiento en automático de los productos mexicanos que se exportan a los Estados Unidos de Norteamérica y como primer efecto, un incremento en los precios al consumidor estadounidense.

Ante esta situación, Canadá y México han respondido con estrategias distintas.

 

La respuesta canadiense.

En una conferencia realizada hace un par de días en Múnich, Alemania, la Ministra Canadiense de Asuntos Exteriores, la abogada Mélanie Joly, explicó lo que su país ha hecho y planea hacer para responder a las tarifas arancelarias de Estados Unidos.

La ministra sostuvo que Canadá es, por mucho, el mejor aliado que Estados Unidos puede tener. Hablo de los 5000 kilómetros de frontera segura, insistió en que Canadá le compra a EU más que China, Japón, Francia, y el Reino Unido ¡juntos!

Aseguró que hay millones de trabajos en EU y Canadá que dependen de la relación comercial entre ambos países. Ambas economías están fuertemente integradas y los aranceles solo perjudicarán a ambas poblaciones.

Mencionó sectores como el petróleo, el uranio, la energía eléctrica, entre otros. La interdependencia, según la ministra, es de tal magnitud que resulta impensable un futuro prometedor bajo estas nuevas regulaciones arancelarias.

Para la ministra, las tarifas del 25% impuestas a Canadá es una cuestión de sobrevivencia. “es una amenaza a nuestra existencia, esto traerá la pérdida de cientos de miles de empleos formales en nuestro país” afirmó.

La conferencia continuó por veinte minutos. Uno de los asistentes le preguntó que esperaban ellos, los canadienses, de los europeos. Ella respondió: “ustedes serán los siguientes, les recomiendo que comencemos a coordinarnos para hacer un bloque en común”. Cuando se le preguntó para que servía esa coordinación, ella lanzó una frase lapidaria: “solo hay una entidad capaz de detener esta guerra comercial y esa entidad no es Canadá ni Europa ni ningún otro país. Quien puede detener todo esto es el pueblo estadounidense, pero solo lo harán cuando experimenten los estragos de la guerra comercial hacia su país”

Hace un par de horas el Primer Ministro Canadiense Justin Trudeau confirmó la aplicación de tarifas arancelarias del 25% a 155 billones de dólares en productos estadounidenses. Esto es con efecto inmediato. Se le veía molesto y preocupado, casi incrédulo ante lo que se esta desatando: una guerra comercial internacional.

El discurso de Trudeau fue lapidario. Lo dirigió a los ciudadanos estadounidenses. En términos generales les dijo que su nuevo gobierno, ese que eligió la gran mayoría, los está llevando a una enorme crisis económica, les auguró tiempos complicados y con inmensas pérdidas. Después refutó uno por uno los argumentos que el presidente estadounidense ha utilizado para justificar la imposición de aranceles.

Posteriormente se dirigió específicamente al presidente estadounidense y le dijo que lo que está haciendo es muy estúpido, y que está actuando exactamente como sus oponentes alrededor del mundo quieren, refiriéndose a los enemigos que ambos países tienen en común.

Finalmente se dirigió a sus compatriotas canadienses y les dijo que venían tiempos muy difíciles, pero que haría todo lo que estuviera al alcance de su gobierno para mitigar las pérdidas y que no los dejaría solos. Aseguró que protegería los intereses de los canadienses en todas las trincheras, económica, jurídica y comercial.

Posteriormente procedió a repetir su discurso pero en francés.

 

La respuesta mexicana.

No hay mucho que decir porque la presidenta de México no ha dicho gran cosa. Durante las últimas semanas, a pregunta explicita de los periodistas, se ha limitado a decir que hay que esperar a ver que hace Estados Unidos y ya de ahí se verá que se va a hacer. Ha insistido en que tiene un plan A, un plan B, un plan C, ¡y hasta un plan D!

Ha intentado calmar las ansias recordando al personaje KALIMAN. Así es, aquel KALIMAN que decía: Paciencia mi pequeño Solín, paciencia. El que domina la mente lo domina todo. Incluso ha repetido esta frase en algunas de sus conferencias mañaneras generando risas y celebraciones muy al estilo de la 4T, de pura cepa mexicana.

Lo que si ha dicho con firmeza es que la soberanía de México no se toca.

Los aranceles no son una cuestión de soberanía en términos estrictamente técnicos. Son un asunto de política económica, alianzas, negociaciones y contra ataques comerciales.

A diferencia de Canadá y China que ya respondieron con aranceles y con sendas conferencias, la presidenta de México ha decidido esperarse hasta el próximo domingo para organizar un mitin político en el zócalo en donde según ella hará saber al pueblo de México su plan para defender la economía nacional. México es castigado con aranceles el martes y tenemos que esperar hasta el domingo para saber cual es el plan de defensa.

Habrá quien diga que estas cosas se deben analizar con mucho detenimiento. Es cierto, pero la amenaza de aranceles no es nueva. Tiempo de sobra han tenido para elaborar un plan. Canadá lo hizo, China lo hizo…México prefiere esperar a ver que pasa primero.

Así las cosas, a esperar.

 


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