Castigos Perros | Una mirada al mundo prehispánico.

 



Somos herederos de dos mundos: el prehispánico y el europeo español.

Somos herederos de dos culturas y a lo largo de varios siglos estas se han fusionado y han dado lugar a la cultura mexicana, única en el mundo. Nuestra cultura se ha visto enriquecida con la integración de los pueblos africanos llegados a México durante la colonia, las comunidades procedentes del lejano oriente, y en tiempos más recientes, las nutridas olas de migración procedentes del medio oriente (Líbano principalmente) y de otras zonas de Europa.

Aun así, en el imaginario popular persiste la creencia de solo dos antepasados: el prehispánico, del cual nos enorgullecemos hasta el cansancio; y el español del cual nos avergonzamos y repudiamos por razones que a veces ni siquiera entendemos. Todo es producto de una mala interpretación de la historia.

Las narrativas y discursos de la clase política dominante han manipulado el pasado desde los tiempos de la independencia; lo han tergiversado, han creado personajes heroicos y traidores, y todo con la finalidad de alinearse con las ideologías de moda y perpetuarse en el poder.

Amplios sectores de la población mexicana están convencidos de que si los españoles no nos hubieran conquistado, hoy seríamos la mas grande potencia económica, tecnológica y militar jamás vista en la historia de la humanidad. En verdad lo creen. Se los han repetido hasta el cansancio en las escuelas públicas.

Añoran la grandeza del pueblo Azteca, sus lagos y chinampas, su estilo de vida impecable, su altísimo nivel moral, su religión perfecta, su comida, su tecnología de punta, y lamentan la desgracia de su mala suerte, de haber sufrido la traición de todos los demás pueblos que se aliaron con el conquistador Cortés y la malvada Malinche.

Así las cosas, exploremos un aspecto de la vida cotidiana en el altiplano mexicano antes de la conquista. Exploremos algunos ejemplos sobre la impartición de justicia en la gran Tenochtitlan.

 

Delito

Sanción

Robo

Ahorcamiento.

Deudas

Encarcelamiento.

Adulterio In fraganti

Lapidación (ambos).

Adulterio Asesinato (matando al esposo)

Varón: Quemado vivo.

Mujer: Ahorcamiento.

Fuente: Códice Quinatzin.

Cuando un hombre y una mujer eran sorprendidos por el esposo de esta en pleno coito, el castigo era la lapidación. Después de verificarse y aprobarse por las autoridades, se les apedreaba en el mismo lugar hasta que morían.

Cuando un hombre y una mujer cometían adulterio y mataban al esposo de esta cuando eran sorprendidos, entonces al hombre se le asaba vivo, como un animal. Para impedir que perdiera el conocimiento por el dolor, se le arrojaba agua constantemente para evitar que la lumbre lo consumiera por completo y así poder alargar la agonía. A la mujer se le ahorcaba.

En los mercados y tianguis, la alteración de las básculas para pesar mercancías estaba penado con la muerte. Si un comprador sospechaba que le estaban robando, podía poner su queja con los guardias del tianguis. Estos iniciaban una investigación ex profeso en el lugar. Si la báscula estaba alterada, el comerciante era asesinado ahí mismo a garrotazos. Si el comerciante lograba demostrar su inocencia, entonces el comprador era asesinado de igual forma en el lugar, por acusación infundada.

Por otro lado, la justicia entre los mexicas era muy severa también con la población infantil. Se aplicaba de acuerdo a dos factores: la falta cometida y la edad del infractor. Vemos unos ejemplos extraídos del Códice Mendoza:

Ocho Años.

Si el niño decía mentiras, entonces se le amenazaba con castigarlo con púas de maguey las cuales se le colocaban en la frente. Aplicaba también para las niñas.

Nueve Años.

Si el niño hacía travesuras o mostraba flojera y mala actitud en sus actividades, se le ataba de manos y pies y su padre lo punzaba con espinas de maguey en distintas partes de su cuerpo. A las niñas de la misma edad se les castigaba punzándoles las muñecas.

Diez Años.

Los niños y niñas eran castigados con azotes y amarrados de las manos por portarse mal, hacer travesuras o desobedecer a sus padres.

Once Años.

A los que se portaban mal o desobedecían de manera constante, se les obligaba a inhalar el humo de una hoguera de chiles. Aplicaba para niños y niñas.

Doce Años.

Si a esta edad los niños seguían siendo rebeldes, groseros o traviesos, se les desnudaba y ataba de pies y manos, y después se les dejaba todo el día acostados sobre el suelo mojado, a la intemperie, lloviera, hiciera frio o calor. A las niñas se les castigaba obligándolas a barrer por las noches, tanto en su casa como la calle.

Así estaban las cosas en tiempos de los Aztecas.

Su hegemonía sobre otros pueblos y la vulnerabilidad de su territorio, entre otros factores, exigía ciudadanos de primer nivel, ordenados, disciplinados y honrados. Y para ello recurrían a medidas disciplinarias extremas cuando era necesario.

¿Qué opinas querido lector(a)?

 

 

Referencias Bibliográficas.

Arqueología Mexicana. Aztecas, cultura y vida cotidiana. Secretaría de Cultura. Instituto Nacional de Antropología e Historia. 2017. Editorial Raíces, SA de CV.

Arqueología Mexicana. Legislación prehispánica y colonial. Secretaría de Cultura. Instituto Nacional de Antropología e Historia. 2016. Editorial Raíces, SA de CV.

 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cónclave – La Película | Breve reseña y análisis crítico.

Boda en la Montaña | Una historia familiar.

Un regalo hasta el cielo.