Mario Vargas Llosa | El último grande.
Este lunes 14 de abril del año en
curso, amanecimos con la triste noticia del fallecimiento del escritor peruano
Mario Vargas Llosa. El último de los grandes escritores latinoamericanos, autor
de una obra narrativa profusa y profunda en la que exploró con intensidad la
naturaleza humana, su relaciones, su grandeza y su miseria. También denunció
con valentía los abusos del poder y en ocasiones pago las consecuencias por
ello.
Fue el creador de aquella frase
famosa “México es la Dictadura Perfecta”, la cual expreso en un programa
en vivo en cadena nacional en 1990. Esto le valió la admiración y elogios por
parte de un sector de la población mexicana, y un gran rechazo por parte de la
élite política dominante en tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Pero más allá de sus discursos y
sus polémicas, Mario Vargas Llosa fue ante todo un extraordinario escritor. Maestro
de maestros. Poseedor de una prosa pulida, elegante, no exagerada ni
ornamental, y siempre abierta a la experimentación.
Sus novelas incluían una
complejidad estructural que le daban pauta para abordar a sus personajes desde
una multiplicidad de perspectivas. Solía entrelazar varias historias o líneas
argumentales que aparentemente no estaban conectadas, pero que paulatinamente iban
revelando sus vínculos temáticos o simbólicos.
Otra de sus técnicas era el empleo
de narradores múltiples: diferentes voces narrativas y focalizaciones para
presentar hechos desde distintas perspectivas, logrando con esto una narración
enriquecida, y presentando al lector con más de una interpretación de las
situaciones.
Don Mario era también un extraordinario
conversador: amable, alegre, cargado de inteligencia y humor. Con un ego bien equilibrado,
producto de muchos años de estudio, escritura y reflexión. Abordó diversos temas y
estilos: novela, ensayo, crónica, artículos periodísticos, entre otros. Poseía
un fino olfato para leer personas, y lo reflejaba con exactitud milimétrica en
su prosa.
En mis años de formación
preparatoriana leí algunas de sus obras más emblemáticas: La ciudad de los
Perros, La casa verde, Pantaleón y las visitadoras, La guerra del fin del
mundo, ¿Quién mató a Palomino Molero, y Elogio de la madrastra, entre otras.
Esta última (Elogio de la madrastra), es una exquisita novela erótica que
recomiendo ampliamente. Se puede escribir erotismo sin incurrir en vulgaridades
y apelando exclusivamente a los resortes más profundos de la psique humana.
Mario Vargas Llosa era un
verdadero maestro en el arte de narrar.
Y tenía los pies bien puestos
sobre la tierra.
Era consciente de que un buen
escritor, sin importar que tan bueno llegue a ser, siempre tendrá en su
repertorio obras buenas y obras malas. El mismo reconocía que algunos de sus
libros distaban mucho de ser buenas obras. Exhortaba a los nuevos escritores a
no dejar de mejorar y pulir sus dotes narrativas. Vale mil veces más la
disciplina y el trabajo duro que cualquier pretendido talento natural, solía
decir.
Si no has leído aun nada de este
maravilloso escritor, te recomiendo que lo hagas. No te arrepentirás. Puedes
iniciar con sus obras más tempranas como La ciudad de los Perros.
Descanse en paz, Mario Vargas Llosa.
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