Are you alive or just existing? | ¿Vivir o existir?
Vivir y existir son dos conceptos
que a menudo se confunden, pero que, en esencia, tienen diferencias profundas y
significativas. La filosofía nos ofrece una lente a través de la cual podemos
explorar estas diferencias y reflexionar sobre la verdadera naturaleza de
nuestra existencia.
En una historia reciente publicada por mi amiga Arlette en su cuenta de Facebook, ella lanzó una pregunta al aire: Are you alive or just existing? (¿Estás vivo o solamente existes?).
Es una pregunta filosófica y profunda.
Merece toda mi atención y me tomé el tiempo y la libertad de responderla…de
intentar responderla. Cada quien tiene su propia opinión al respecto, esta es
la mía.
Existir es simplemente estar,
ocupar un espacio en el mundo. Desde el momento en que nacemos, comenzamos a
existir. Respiramos, comemos, dormimos y realizamos una serie de actividades
que mantienen nuestro cuerpo en funcionamiento. Sin embargo, esta mera
existencia no garantiza una vida plena. La existencia puede ser comparada con
un libro que se encuentra en una estantería: está ahí, tiene potencial, pero su
contenido aún no ha sido explorado ni disfrutado.
La vida plena, por otro lado, es
un estado en el que no solo ocupamos un espacio, sino que lo llenamos con
significado, propósito y conciencia. Vivir plenamente implica estar
comprometidos con nuestras experiencias, emociones y relaciones. Es enfrentar desafíos,
aprender y crecer a partir de ellos. Es experimentar la alegría y el dolor con
igual intensidad, sabiendo que ambos son partes esenciales de la condición
humana.
Desde la perspectiva filosófica,
el mero hecho de existir no asegura una vida auténtica. Filósofos como
Heidegger y Sartre han debatido extensamente sobre la diferencia entre ser y
existir. Heidegger, en su obra "Ser y Tiempo", argumenta que la vida
auténtica solo se logra cuando somos conscientes de nuestra propia mortalidad y
limitaciones. El concepto de "ser para la muerte" nos invita a vivir
plenamente cada momento, aceptando la finitud como una parte integral de la
existencia.
Por otro lado, Sartre y su
concepto de la "existencia precede a la esencia" nos desafían a crear
nuestro propio propósito y significado en un mundo que, por sí mismo, no tiene
una esencia predeterminada. La vida auténtica, según Sartre, se encuentra en la
libertad de elegir y asumir la responsabilidad de nuestras decisiones. Esto
implica que, para vivir plenamente, debemos trascender la mera existencia y
adoptar una postura activa frente a la vida.
La importancia de la conciencia: estar aquí y ahora
Ser verdaderamente vivos implica
estar conscientes, presentes en el aquí y el ahora. Este estado de
"awareness" es fundamental para experimentar la vida en su totalidad.
La conciencia no es simplemente estar despiertos; es una atención plena y deliberada
a nuestro entorno, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos.
Estar conscientes significa
utilizar todos nuestros sentidos para percibir el mundo que nos rodea. Es
detenernos a oler las flores, saborear cada bocado de comida, escuchar el canto
de los pájaros, sentir la brisa en nuestra piel y ver la belleza en los detalles
cotidianos. Pero también es una conciencia interna, una conexión profunda con
nuestro ser interior, comprendiendo nuestras motivaciones, miedos y deseos.
Cuando estamos verdaderamente
conscientes, cada momento se convierte en una oportunidad para crecer y
aprender. Nos damos cuenta de que la vida no es simplemente una serie de
eventos que nos suceden, sino una serie de elecciones que hacemos deliberadamente.
Estar presentes nos permite tomar decisiones que se alinean con nuestros
valores y aspiraciones, creando así una vida que sentimos como nuestra,
auténtica y significativa.
Para muchos, alcanzar este estado
de conciencia plena requiere un cambio de perspectiva y hábitos. La meditación,
por ejemplo, es una práctica que nos ayuda a entrenar la mente para estar
presentes. Durante la meditación, enfocamos nuestra atención en la respiración,
en las sensaciones del cuerpo y en los pensamientos que surgen, observándolos
sin aferrarnos a ellos. Esta práctica nos lleva a desarrollar una mayor
conciencia de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
La diferencia crucial
La diferencia crucial entre
existir y vivir radica en la calidad de nuestra conciencia y la profundidad de
nuestra experiencia. Para existir, no se necesita más que un cuerpo funcional.
Para vivir plenamente, se requiere una mente despierta y un corazón abierto.
Vivir es ser audaces, enfrentar la incertidumbre con valentía y buscar
activamente nuestro propósito y felicidad.
Además, vivir plenamente implica
también una conexión con los demás. Las relaciones humanas son una fuente
invaluable de alegría y aprendizaje. Cultivar conexiones genuinas, basadas en
la empatía y el respeto, nos permite experimentar la vida de manera más rica y
satisfactoria. La auténtica vida se manifiesta en la capacidad de amar y ser
amados, en compartir nuestros logros y fracasos con los demás.
En conclusión, el desafío que
enfrentamos es trascender la mera existencia y abrazar la vida con todo lo que
implica. No se trata solo de respirar, sino de sentir cada respiración; no solo
de ver, sino de observar; no solo de oír, sino de escuchar. Al cultivar la
conciencia y estar presentes en cada momento, podemos transformar nuestra
existencia en una vida rica y plena.
Por lo tanto, la próxima vez que
te preguntes si estás vivo o simplemente existes, detente y observa tu entorno,
escucha tus pensamientos y siente tus emociones. Reconoce la belleza en lo
cotidiano y actúa con plena conciencia. Solo así podrás decir, con certeza y
orgullo, que estás verdaderamente vivo.
Invito a cada persona a
reflexionar sobre su propia vida y existencia, a cuestionar si realmente están
viviendo o simplemente existiendo. La respuesta a esta pregunta puede ser el
motor para un cambio en la manera de ver y experimentar la vida. Al final, la
verdadera diferencia entre vivir y existir radica en nuestra capacidad de estar
presentes, conscientes y comprometidos con cada momento que se nos presenta.
Agradezco nuevamente a mi amiga Arlette
por publicar historias que invitan a la reflexión. Reflexionar es una actividad
fundamental para la realización de la más grande misión que tenemos en esta
vida: Vivir.
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