Acordeones del bienestar.

 


La noche del 26 de noviembre de 1985 el transbordador espacial Atlantis despegó del centro espacial Kennedy en Florida, Estados Unidos. Su misión principal era poner en órbita tres satélites de telecomunicaciones, uno de ellos de propiedad mexicana: el Morelos II.

Entre la tripulación había un mexicano: Rodolfo Neri Vela.

Cuando su nombre fue dado a conocer por la NASA, en México se creyó que su inclusión no era otra cosa más que el resultado de una maniobra política por parte del gobierno mexicano para poner algún pariente o amigo del entonces presidente Miguel de la Madrid.

Pronto la prensa comenzó a revelar sus credenciales:

Ingeniero mecánico eléctrico con especialidad en telecomunicaciones por la UNAM. Maestría en sistemas de telecomunicaciones por la Universidad de Essex, en el Reino Unido. Doctorado en Física con especialidad en radiación electromagnética por la Universidad de Birmingham, del Reino Unido también. Bilingüe al cien por ciento (Inglés – Español).

El doctor Neri Vela era un científico dedicado a las telecomunicaciones y fue elegido por la NASA como parte de un programa de apertura que invitaba a especialistas de otros países a integrarse en sus misiones espaciales. El doctor Neri Vela era un hombre de ciencia y su nombre resonó fuerte en la psique colectiva del México de mediados de los 80´s en el siglo pasado.

El doctor Neri Vela permaneció siete días en órbita realizando experimentos, y aprovechó un rato de ocio para establecer comunicación con el presidente de la Madrid. Escucharlo hablar en inglés de tu a tu con sus compañeros de vuelo, bromear, y después ponerse serio para hablar con el presidente, fue algo que en lo personal me impactó profundamente.

Después de su regreso el doctor Neri, como era de esperarse, se convirtió en una celebridad. Recorrió el país, recibió condecoraciones y dio muchas conferencias. En ellas siempre insistía en la importancia de estudiar, de apostarlo todo por la formación académica. Sea lo que sea que quieras estudiar, decía el doctor, hazlo siempre con pasión y entrégate a ello sin escatimar esfuerzos. La nación los necesita a todos, y los necesita preparados.

Sus palabras calaron fuerte en toda una generación de jóvenes, yo incluido, que intuíamos que la educación era lo único que podría sacarnos de un estado de mediocridad social y económica, auspiciada en buena medida por un régimen político al que ya no le quedaba mucho que ofrecer.

No faltaron los comentarios jocosos de algunos periodistas que señalaban las enormes diferencias tecnológicas entre México y el vecino del norte: los gringos ponen satélites en el espacio, y los mexicanos todavía seguimos exigiendo que se respete el voto en las casillas. Vamos como los cangrejos. Tenían razón.

El tiempo pasó, los ochentas terminaron y llegaron los años noventa…y el mundo cambió. Con la perspectiva del tiempo, con cuarenta años transcurridos desde aquel gran acontecimiento, el mundo es otro…y muy distinto.

En Eurasia el comunismo se desmoronó a finales de los ochenta, el muro de Berlín fue derribado y todos presenciamos el renacimiento de naciones que habían permanecido en el anonimato geopolítico detrás de la cortina de hierro. Poco a poco se fueron creando las nuevas repúblicas, liberadas ya del flagelo comunista; en la actualidad muchas de ellas son verdaderas potencias económicas y tecnológicas. Basta ver a Polonia, Lituania, Estonia, la república Checa, y Ucrania.

En Asia, Japón emergió de las cenizas y se convirtió en una potencia manufacturera al grado de desplazar a la industria automotriz estadounidense a un segundo plano. Su economía es tan robusta que a la fecha su moneda se cotiza en los mercados bursátiles internacionales como fondos de reserva para los países en desarrollo.

Corea del Sur apareció en el escenario mundial con empresas tecnológicas que revolucionaron el mundo digital, dejando atrás una historia de sumisión, pobreza y desesperanza. En la actualidad dominan espacios importantes en los mercados globales de productos y servicios.

Taiwán pasó a convertirse en el país de mayor relevancia geopolítica y económica a nivel global gracias a sus capacidades únicas para manufacturar microchips y semiconductores de alta gama, al grado que ni siquiera Estados Unidos o Europa pueden competir con ellos.

Y que decir de China, la milenaria China que hasta la década de los años setenta permanecía en la más extrema pobreza, gracias al fallido intento del sistema comunista, y que hoy en día se ha consolidado como la segunda gran potencia mundial en materia económica, tecnológica y militar.

Y la lista continúa: Singapur y el sudeste asiático son verdaderos tigres con economías fuertes y pujantes. La India por su parte ha logrado un desarrollo inusitado en materia tecnológica y comercial y se ha convertido, por méritos propios, en una potencia económica emergente.

¿Y qué pasó con México?

Bueno, han pasado algunas cosas interesantes en estos cuarenta años.

Durante la década de los noventa México firmó su primer tratado de libre comercio con los Estados Unidos de Norteamérica, integrándose al desarrollo económico regional, abriendo sus mercados internos y buscando un lugar en el mercado manufacturero estadounidense.

También sufrió algunas crisis sociopolíticas como los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu que cimbraron a la sociedad mexicana de la época. Hubo crisis económicas, en especial la de 1994 justo con la llegada del presidente Zedillo quien se vio obligado a rescatar los bancos con aquel infame Fobaproa.

Y después, en el 2000, ocurrió lo inesperado:

México dio un salto enorme en materia sociopolítica y se abrió a la alternancia en el poder con el advenimiento del primer presidente de oposición, después de setenta años de control absoluto por parte de un partido hegemónico: el PRI.

Con la llegada de Vicente Fox al poder, México se estrenó como país democrático. Paraojicamente fue el mismo presidente Ernesto Zedillo (PRI) quien impulsó la reforma democrática en el país, enfrentando una fuerte oposición dentro de su partido. Pero los tiempos habían cambiado y Zedillo tuvo la inteligencia política para comprenderlo. 

Para robustecer la naciente democracia se impulsó la creación de un instituto regulador independiente que asegurara votaciones libres, transparentes, y que reflejara el verdadero sentir del pueblo de México. Y así nació el IFE, el antecesor del actual INE.

México recibió el reconocimiento mundial por la nueva democracia instaurada y su instrumento de garantía, el IFE.

La alternancia democrática se convirtió en el nuevo juguete de la clase política. Los poderes de la Unión aprendieron, por primera vez en la historia moderna del país, a desarrollar sus actividades de manera independiente. Como ocurre en cualquier democracia seria.

El ejecutivo, el legislativo y el poder judicial, bien delimitados en sus espacios de acción. Manteniendo una comunicación respetuosa y cooperativa entre ellos, siempre de manera soberana e independiente.

La alternancia continuó y finalmente, en 2018, el pueblo se volvió a manifestar para expulsar del poder a una clase política que ya no representaba sus intereses. El pueblo le dio el voto masivo a un nuevo líder que prometió muchas cosas en campaña.

En 1987, mientras escuchaba al doctor Neri Vela hablar en una entrevista televisada, me llegó de manera instantánea la convicción de que México se convertiría en una gran potencia algún día, pero para ello, pensé, necesitamos gente como el doctor Neri en el poder. Qué interesante sería que un científico con doctorado llegara un día a la presidencia.

Y bueno pues…ese día llegó.

¿Y cómo le va a México?

El doctor Neri Vela, físico y científico de la UNAM, siempre enseñó que había que prepararse mucho para hacer de México un gran país. Estudiar, trabajar, esforzarse por hacer las cosas lo mejor posible, sin trampas y sin claudicar.

La actual presidenta, doctora física y científica de la UNAM, invita a los mexicanos y mexicanas a hacer acordeones personales para la votación del poder judicial. El INE confirma que cada quien puede llevar su propio escrito (acordeón).

Es que son muchas las opciones, dicen.

Curiosamente, eso mismo dicen los alumnos que presentan los exámenes de admisión para la Universidad.

¿Cómo le va a México?

México ha entrado oficialmente a la era de los acordeones…los acordeones del bienestar.

 

Postdata:

El año 1985 también atestiguó el estreno de la película Volver al Futuro, protagonizada por Michael J. Fox y Christopher Lloyd. Fue una película que impactó mucho por sus efectos especiales y en especial por la trama: la posibilidad de viajar al pasado y regresar sano y salvo.

Esto parece una broma siniestra pero no lo es.

Algunas voces expertas en la materia, tanto nacionales como extranjeras, sostienen que con la unificación de los tres poderes de la unión bajo un solo partido hegemónico, México ha iniciado un peligroso viaje al pasado. Un viaje a los tiempos del PRI de mediados del siglo XX, al México de un solo hombre y un solo partido. Un viaje que paradójicamente lo alejará de la vida democrática que tanto le costó implementar. Un viaje que bajo la coyuntura geopolítica actual, puede ser un obstáculo para la materialización de la Inversión Extranjera Directa que tanta falta hace para impulsar el desarrollo industrial del país, y garantizar un México próspero para las nuevas generaciones y las que ya van de salida. 

De ser cierto ¿Podrá algún día regresar sano y salvo?

De ser cierto, nos queda preguntarnos ¿fue tan malo vivir en aquel México de un solo partido hegemónico? ¿Era un gobierno eficaz o inepto en materia de gestión pública? ¿Se podía acceder a la canasta básica con el salario ganado honradamente? ¿Había educación gratuita de calidad en aquel México? ¿Había medicinas en los hospitales de aquel México? ¿Había seguridad en las ciudades y carreteras de aquel México?

Los que nacimos, nos educamos y vivimos en aquel México sabemos la respuesta.

Mejor aquí lo dejamos.

 


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