Amores Perros.
El presidente Emmanuel Macron se
ajusta el nudo de su corbata por última vez. Sonríe para sus adentros
convencido de que, en este momento, no hay hombre más importante en el mundo
que él. Está en la cúspide de su carrera; ha luchado en la arena política y ha escalado
los peldaños más difíciles para alcanzar la presidencia de su país.
Es lunes 26 de mayo del 2025, y
está a punto de descender de su avión para iniciar una visita de estado en la
República Socialista de Vietnam.
¡Viva la Francia! —grita
para sus adentros— ¡Viva la Libertad! ¡Viva la Fraternidad! ¡Viva la Igualdad!
Esas proclamas se las aprendió
desde niño cuando estudiaba en el colegio jesuita de La Providence, en su natal
Amiens al norte de Francia. Se siente pleno, se siente feliz. ¡Cómo no estarlo!
Es el portavoz de la poderosa Unión Europea, y no hace mucho logró su
reelección derrotando en las urnas a la derecha radical.
Mientras levita en el aire con su
discurso mental, dos cosas ocurren sin que él se dé cuenta: la puerta principal
de su avión se abre, y su esposa, Brigitte, le da una fuerte bofetada en la
cara mientras le grita ¡cállate animal!
Para mala suerte del presidente,
las cámaras captaron el momento del golpe. Tras unos instantes de confusión,
con una mirada fugaz de chamaco regañado, simula una sonrisa desdibujada, como
intentando aparentar que no pasa nada mientras la Brigitte le truena los dedos
desde las sombras del anonimato.
El presidente Macron fue
abofeteado en pleno acto público durante una visita de estado, y la noticia se diseminó
como reguero de pólvora recién fabricada. Al presidente Macron le pega su
vieja dijeron los titulares a nivel mundial. El escándalo es mayúsculo
porque más allá de las discusiones de pareja, Brigitte no abofeteó solamente a
su esposo: abofeteó al presidente del Estado Francés frente a las cámaras, en
un evento público… en un país extranjero.
Al principio intentaron negarlo y
juraron que todo había sido creado con inteligencia artificial. Después
aceptaron el hecho pero le restaron importancia. El presidente Macron insiste
en que todo se trató de una broma. Ha intentado desviar la atención diciendo
que Francia y el mundo tienen problemas mucho más serios que atender. La
bofetada, según él, solo fue una típica muestra de cariño por parte de su
esposa.
El presidente tiene razón,
Francia y el mundo tienen problemas mucho más delicados que resolver…pero el
mundo también se nutre de chismes. ¡El chisme es vida! Algunos lo niegan, otros
lo admiten, pero el hecho es innegable. ¡Qué nos importa si Macron lanza
amenazas a Putin para que detenga los ataques sobre Ucrania! O si lleva meses
negociando un acuerdo favorable con el gobierno estadounidense. Nosotros
queremos saber por qué le pegó su mujer.
¿Qué hizo usted presidente Macron
para que le agendaran tremendo bofetón en público?
¿Acaso se portó mal?
Es probable que nunca lo sepamos.
En México disponemos de un caso
similar, ocurrió hace más de cinco décadas. Las riendas del poder obedecían al
entonces todopoderoso presidente Gustavo Díaz Ordaz. Un hombre de convicciones
políticas claras y firmes, y con un temperamento tal que no dudó en adjudicarse
la responsabilidad total de los trágicos acontecimientos del 2 de octubre de
1968, en Tlatelolco.
El presidente estaba casado pero
su corazón era tan grande que había espacio suficiente para recibir amor de
otras latitudes. La afortunada: Irma Serrano, actriz y cantante mexicana. Muy
famosa y considerada una de las mujeres más bellas de la época. El flechazo fue
inmediato y el romance duró varios años hasta que el presidente se vio obligado
a terminarlo por presiones que provenían de lo más íntimo de su círculo
familiar: su esposa.
Con el corazón en la mano y quizá
con un alivio mal disimulado, el presidente notificó a Irma que la relación
había llegado a su fin. La actriz reaccionó con el ímpetu propio de la mujer
bella desairada, y sin medir las consecuencias le propinó una tremenda bofetada
al presidente de la república en funciones. Ahí, frente a los guardias del
Estado Mayor Presidencial, la joven actriz desahogó su furia al punto que le
provocó un desprendimiento de retina al pobre hombre.
Los guardias cortaron cartucho y
amagaron a la joven mujer. Pero el presidente, en actitud magnánima, intervino
y con una señal les indicó que todo estaba bajo control. No hubo represalias.
“L’amour est un oiseau
rebelle, que nul ne peut apprivoiser” (El amor es como un pájaro salvaje
que nadie puede domar). Así lo dice la letra de la famosa aria “Habanera”
de la ópera francesa “Carmen”. El presidente Macron y el ya finado ex
presidente Gustavo Díaz Ordaz, dan testimonio vivencial de esas sabias,
profundas, y poderosas palabras.
Referencias:
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