Cerebro, música y emociones.
19 de Agosto
del 2025. 7pm.
Fui el primero en llegar al
recinto. Nadie antes de mí, solo el personal administrativo del lugar quienes
gentilmente me trasladan a la sala de exposiciones “Rufino Tamayo”, del
Instituto Regional de Bellas Artes. Un lugar compacto, acogedor, acondicionado como
galería de arte, con un diseño minimalista en estilo retro industrial.
En la sala de junto se escucha
con fuerza un punchis punchis rítmico y mi corazón se acelera por un momento.
Están en clase de danza contemporánea y mi cuerpo se relaja un poco de la
tensión generada por el evento, y por el cuello de mi camisa blanca recién
planchada que cada día me cuesta más trabajo cerrar. Me han dado ganas de
soltarme la corbata pero esto ni siquiera ha comenzado.
Maricela y Rosy no deben tardar
en llegar. Aún falta una hora para que todo esto comience.
Uno de los administradores del
instituto se asoma y me pregunta si todo está bien. Me ofrece agua, me pregunta
si apetezco un café, y acto seguido procede a verificar una vez más que todas
las conexiones estén listas y la mega televisión se encuentre debidamente
instalada. Se llama Guadalupe, es meticuloso en su actuar y sumamente gentil en
su hablar.
Me quedo solo de nuevo y
aprovecho para observarme con el reflejo de la mega pantalla. La corbata se ve
bien, el pantalón a la altura correcta tocando justo el empeine del zapato,
como marcan los cánones. Si al menos tuviera menos panza, pero en estos
momentos no hay nada que pueda hacer. De qué sirvieron tantos años de
entrenamiento en mi juventud, de qué sirvieron tantos años de limitaciones, no
bebas alcohol, no comas de más, ejercítate constantemente, duerme bien.
Para qué tanto sacrificio si llegada la edad, el cuerpo deja de responder a las
dietas y al ejercicio.
Vaya manera de matar el tiempo.
Debería estar repasando los temas
de mi conferencia ¡soy el orador! Cerebro y neuronas, que no se me vaya a
olvidar Diosito, solo eso te pido. Los seres humanos nacemos con cien mil
millones de neuronas y para los 35 años ya solo tenemos ochenta y seis mil
millones. Entre ellas crean conexiones y forman lo que llamamos conectoma o red
neuronal. Ahí reside nuestra conciencia, nuestros pensamientos, sentimientos,
emociones, aprendizajes, planes, memorias…¡todo!
A veces me cuesta trabajo
creerlo. ¡Qué grande eres Padre Celestial! Somos lo que somos gracias a la
acción bioeléctrica de una red neuronal que se distribuye a lo largo y ancho
del sistema nervioso, con cerebro incluido; atraviesa los cuatro lóbulos (frontal,
occipital, parietal y temporales). Las neuronas se ubican en la zona gris y
desde ahí se ramifican por toda la zona central llegando a los órganos del
cerebro profundo…el tálamo, el hipotálamo, el hipocampo, la amígdala…que lástima
que no me de tiempo de hablarles de la amígdala, pero si alguien pregunta, con
gusto respondo. Diosito por favor que no se me vaya a olvidar nada.
Ahh y que no se me vayan a
olvidar los neurotransmisores… son la quintaescencia de la comunicación inter
neuronal y de las emociones, ¡claro! La serotonina, la dopamina, el óxido
nítrico, la prolactina y el tremendo cortisol, azote de la humanidad.
Y pensar que la escucha activa de
la música tiene el poder de movilizar todo esto…y más. Y pensar que gracias a
la música, la red neuronal se fortalece y produce mejores cogniciones. Y aun hay
gente que piensa que todo esto es producto de un accidente cósmico. ¡Qué
insensatez! Perdónalos Padre, no saben lo que piensan…y de paso: por favor
Diosito no permitas que se me vaya a olvidar todo esto.
¡Que buena está la música de al
lado!
Se la están pasando genial esos
chavos.
Nomás porque el pantalón me queda
muy ajustado, pero unos pasitos no me vendrían nada mal para relajarme.
¡Ups! Alguien llama a la puerta… ¡Es
Rosy! ¡Ya llegaron mis amigas!
La primera en entrar es Rosy.
Maricela se quedó afuera hablando por celular.
Rosy entra al recinto partiendo
plaza: bailando al ritmo del punchis punchis de al lado.
¡Wow! No voy a mentir, debo
admitir que Rosy baila bien, la salen bien los pasos.
¡Pero esta es MI conferencia!
No puedo permitir que me ganen el
protagónico…no puedo.
Rosy no me va a apantallar…no lo
puedo permitir.
De pronto me acuerdo de aquella
vez cuando siendo un joven de 20 años abrí la pista de un antro bailando al
ritmo de La Chica de Humo. ¡Qué noche!
Cierro mis ojos, me concentro…y
comienzo a bailar al ritmo del punchis punchis.
Pierdo momentáneamente la noción del
tiempo y siento que floto en el aire de este emblemático lugar. Me la estoy
pasando genial. Rosy no me va a apantallar…no lo puedo permitir.
De pronto, al abrir los ojos,
descubro algo que me deja aterrado:
La puerta del recinto está abierta
y en la entrada, mirándome fijamente sin saber que hacer, ¡La Presidenta del Club
Rotario Profesional en persona!
Y detrás de ella, mi amiga Maricela.
Con el celular aun en la mano, me observa mientras mueve ligeramente la cabeza
de un lado a otro…no como reproche, sino como diciendo sea lo que sea que
estás haciendo, ¡detente ya!
Rosy está doblada de la risa.
Recupero la verticalidad y mi
aspecto grave y formal. Ofrezco una disculpa y procedo a presentarme con la
presidenta.
Licenciada, estoy a sus
órdenes…podemos comenzar cuando usted lo indique.
Que me va a apantallar a mí? primero muerto que sencillo. Le doy tremendo caderazo a la "chapis" que la mando volando al rincón. Es MI noche, MI presentación, Maestro que siga la música a todo lo que dá,...
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