Catrina | Entre la elegancia y la eternidad.

 


Noviembre llegó y con él las celebraciones del día de muertos en todo el territorio de la república mexicana. Ha comenzado el interminable ciclo que año tras año abre los portales místicos que conectan nuestra realidad material con el más allá. Creyentes y no creyentes acuden a la cita, unidos por una tradición que funde las cosmovisiones de dos mundos: el hispánico católico y el de los pueblos originarios.

Bajo este marco de fiesta y folclor, las catrinas aparecen en escena y lo hacen partiendo plaza. Mujeres de todas las edades salen a la calle, a sus trabajos, a sus escuelas y a los desfiles, vestidas a la usanza de la época porfirista, portando elegantes vestidos de algodón, satín y charmeuse, con estampados multicolores, sombreros de gamuza adornados con rosas y claveles, guantes alusivos, y los rostros pintados de calavera .

Son, por derecho propio, verdaderas obras de arte en movimiento.

La Catrina proyecta elegancia, belleza, teatralidad y enigma; y al mismo tiempo se percibe lo impactante de un rostro que nos recuerda nuestro destino final. Es una combinación que subyuga al observador, lo intriga, lo somete, y le hace recordar la fragilidad de su propia vida mientras deambula extasiado ante tanta belleza.

La Catrina proyecta al México profundo, a ese México cargado de simbolismos que permanecen ocultos bajo la capa de la cotidianeidad, donde la vida y la muerte conviven y celebran; donde la belleza exterior esconde a veces una realidad desgarradora; donde lo guadalupano y lo santero se fusionan y dan luz al folclor popular.

La Catrina tiene el poder de transformar temporalmente la psique de la mujer que se disfraza, olvidando su realidad y transportándola a un plano trascendental y místico, donde nada es lo que parece y todo tiene el potencial de llegar a ser.

¿De dónde surgió la Catrina? ¿Cómo se convirtió en el símbolo nacional de nuestra celebración de día de muertos?

Las Calaveras Garbanceras.

Durante el periodo del porfiriato a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, se hizo muy popular un tipo de periodismo de corte satírico, donde la crítica al poder político y a las élites económicas se hacía mediante caricaturas humorísticas que las ridiculizaban.

Uno de esos periodistas era José Guadalupe Posada Aguilar. Se especializaba en la caricatura humorística y para ello creo un personaje llamado “La Calavera Garbancera”. A través de esta caricatura, Posada realizaba su trabajo de crítica social. Se hizo muy popular en la época.

A la calavera le llamaba garbancera como una mordaz crítica a un sector encumbrado de la sociedad; estos renegaban de sus orígenes indígenas/mestizos y pretendían ser europeos. En lugar de comer maíz como un mexicano más, comían garbanzos a la manera europea.

Ya en pleno siglo XX, en el año 1947, el muralista mexicano Diego Rivera rescató esta caricatura y la incluyó en una de sus obras titulada “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”.

En este mural pintó a personajes célebres de la historia de México y entre ellas incluyó a la Calavera Garbancera de Posada. La presentó elegantemente vestida y pintada, a la altura de las damas de la alta sociedad. También le cambió el nombre y la bautizó como La Catrina, tomando prestado el nombre del catrín, que era el prototipo de hombre elegante y refinado, equivalente al dandi francés.

El paso del tiempo y la mercadotecnia hicieron el resto.

La Catrina no surge de la celebración original del día de muertos, se integra a ella y en años recientes se ha convertido en el símbolo más exportable de nuestra tradición. Se le reconoce en todo el mundo y es motivo de orgullo nacional.

Referencias:

¿Qué es la Catrina y qué representa en el Día de Muertos? | National Geographic (2024).

Secretaría de Cultura. Día de Muertos en México. Antecedentes históricos (Cuadernos del Patrimonio Cultural y Turismo, núm. 16). Gobierno de México.

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Día de Muertos. Observatorio Cultural BUAP.

 


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