Mi amiga, la simpática selectiva.

 



Amiga, tú me conoces bien.

Me conoces y sabes que yo le doy mi plato de comida al necesitado y mi abrigo al indigente. Yo puedo llorar contigo en tus momentos de tristeza y soledad, y mi hombro siempre estará para apoyarte.

…pero esas arpías ya me tienen harta.

Ay no, yo de plano ya no puedo con esto.

Amiga, no soporto, en verdad no soporto la mediocridad y a la gente buena ondita, esa que va por el mundo dándote su mejor cara pero que por dentro llevan la fábrica de veneno.

¡Espurias!

¡Hipócritas lengua bífida!

¡Prófugas del metate!

Cuando una persona me cae mal, yo simplemente la cancelo. Pum, listo, bye bye, finito, arrivederci, au revoir, hasta la vista baby.

Y que ni me vengan con que la educación y que las princesas y que las duquesas…¡conmigo no! Caes de mi gracia y te vas al tambo…y sigo siendo la reina de siempre.

Caes de mi gracia y así, con el mismo impulso, te me vas por el pasillo del olvido, del cero absoluto.

He llegado a una edad en la que ya no estoy para soportar niñerías ni mojigaterías. Las cosas como son. Al pan, pan. Al vino, solo francés de cosecha 1980 para atrás.

Sigan hablando de mí a mis espaldas y por ese pasillo se van a ir yendo; todas, toditas.

Yo soy quien soy y no me parezco a nadie.

Y cuando digo voy, ¡voy! Y cuando digo no voy…pues a veces no voy.

Y que nadie me toque a mis gatos. Ni a los míos ni a los de la calle. ¡Porque me van a conocer!

Fuera de eso, amiga, estoy muy bien.

Cada vez peor, afortunadamente.

Te mando besitos.

Tu amiga, la simpática selectiva.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Cónclave – La Película | Breve reseña y análisis crítico.

Boda en la Montaña | Una historia familiar.

Un regalo hasta el cielo.